Agricultura

El rastro de las tormentas en el campo: “Hay viñas con el 80 por ciento de daño”

Inundaciones en cultivos entre Uruñuela y Huércanos

El premio gordo de las tormentas se ha quedado en el casco urbano de los municipios de La Rioja Alta y la capital riojana, pero fuera, las lluvias y el granizo también han dejado huella en el campo. Por nivel de precipitaciones, Uruñuela lidera la lista con unos cien litros de agua caídos según relatan los vecinos que en estos momentos se encuentran achicando agua en viviendas, garajes y calles. Sin embargo, los cultivos en este municipio no han salido tan mal parados tras las primeras valoraciones.

Misma estampa en Cenicero, que registraba unos 60 litros, pero las viñas salían a flote entre el barro “sin graves daños a primera vista porque todo apunta a que la viña tragará bien el agua”, señalaban desde Bodegas Riojanas. La vecina Fuenmayor también se ha llevado el tormentón del año y los posibles daños en campo tocará valorarlos una vez se pueda entrar en las fincas.

El peor resultado, sin embargo, se lo han llevado los agricultores de Alesón, Tricio, Arenzana de Arriba y Arenzana de Abajo. “Desde allí llegan consecuencias muy graves en los viñedos, en algunos casos con hasta el 70 u 80 por ciento de daños a causa del granizo que trajo la tormenta”, apunta Olarte. El agua y la piedra también han golpeado en Huércanos, Uruñuela, con fincas arrasadas por completo e inundadas, y la zona entre Alesón y Navarrete. “Todavía es pronto para evaluar daños y ver si hay problemas de botrytis porque antes hay que limpiar y poder entrar, pero el escenario es desastroso”.

Inundaciones en los cultivos entre Uruñuela y Huércanos.

Bien lo sabe Donato Leza, de Bodegas Leza García en Uruñuela. Sus viñas tienen unos 40 centímetros de agua, cubriendo en algunos casos hasta los racimos, y calcula que hasta pasada una semana no se podrá entrar para poder realizar los tratamientos oportunos frente a las enfermedades fúngicas “que a partir de ahora van a aflorar”. Además, en las viñas que tiene entre Alesón y Tricio y que todavía no ha visitado, asegura que el granizo también ha golpeado fuerte, por lo que los daños se multiplican.

Y más allá de las viñas, la bodega también se ha llevado parte del golpe de la tormenta. Hasta tres bombas que evacúan unos 50.000 litros por hora emplearon para sacar el agua de las instalaciones de Leza García que se habían cubierto de agua por completo: “Logramos salvar las cajas de cartón de las botellas porque estábamos ahí, sino estaría todo perdido. EL equipo de frío, en cambio, sí se ha inundado y aún no sabemos si funcionará o no”.

Pero Leza insiste en que ahora lo importante es limpiar las viviendas: “Los semisótanos tenían más de un metro de agua. No se veía nada igual desde hace 45 años, cuando hicieron la presa de Castroviejo y regularon el caudal del río Yalde, pero lo de anoche parecía el Amazonas por como venía el agua y, claro, Uruñuela es el pueblo más bajo, por lo que nos hemos tragado todo”.

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