La Rioja

El presunto asesino ocultó el cuerpo de Javier Ovejas dos veces distintas

El presunto asesino ocultó el cuerpo de Javier Ovejas dos veces

El presunto asesino de Javier Ovejas ocultó su cadáver en dos ocasiones distintas: la propia noche del crimen lo condujo a un escondite en un viaje ‘exprés’, al que acudió entre el 2 y el 6 de agosto para trasladarlo a su escondite definitivo, que a día de hoy continúa siendo un misterio.

Esa es la conclusión a la que llegan los investigadores del ‘Caso Entrena‘ -la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil-, tras atender a un “triángulo de evidencias” que les lleva a estar “completamente convencidos” de que Óscar P. R. “tendió una trampa” a su víctima para asesinarlo a sangre fría en la parte trasera de su vivienda, cargar su cuerpo en una furgoneta y hacerlo desaparecer junto al resto de evidencias que pudieran incriminarle.

El instructor jefe de la causa ha declarado este martes en la segunda sesión del juicio con tribunal popular que se celebra hasta el 27 de junio en la Audiencia Provincial de La Rioja contra Óscar P.R., para el que el fiscal reclama una pena de 22 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y otro año por tenencia de armas.

Y su testimonio revela que el presunto asesino urdió su plan para asesinar a Javier “desde el 14 de julio”, cuando llegó a sus oídos que el joven y su pareja sentimental le habían robado varias monedas y billetes de su colección personal. Entonces urdió un plan casi perfecto para matar a Ovejas sin dejar rastro, que se vio truncado por dos circunstancias concretas.

La primera de ellas es que Javier, pese vivir a escasos metros de su domicilio, acudió al mismo en coche y lo estacionó ante la vivienda del presunto asesino. La segunda se produjo días después del asesinato, cuando la novia de la víctima acudió a casa de Óscar “a voz en grito” y le reveló que algunos vecinos habían oído disparos y gritos de auxilio en su finca.

FOTO: EFE/Raquel Manzanares.

A partir de ese momento, la coartada del único acusado del ‘Caso Entrena’ se tornaron en “movimientos torpes” que le obligaron a improvisar y dejar cabos sueltos en su macabro plan. La Guardia Civil cree que, a raíz del estacionamiento del coche de Javier ante su casa y la visita de la novia de la víctima, los nervios llevaron al presunto asesino a coaccionar mediante tres llamadas telefónicas a una de las vecinas que ha testificado en el juicio, pensando que ella habría escuchado esos gritos de auxilio.

El “triángulo de evidencias”

Sobre qué ocurrió en el interior de la finca del acusado la noche del 29 de julio de 2021, el investigador es contundente: “La víctima fue asesinada en la rampa, introducida en el vehículo (una furgoneta del modelo Seat Inca), llevada a un sitio que el acusado tenía predeterminado y el cuerpo no aparece porque solo el acusado conoce el lugar”.

Para alcanzar esa conclusión, el agente ha aludido a un “triángulo de evidencias” que “relacionan lo ocurrido con el acusado y se complementan entre sí”. Evidencias que se dividen en tres grupos: indicios directos, evidencias científicas y pruebas de balísticas.

Respecto a los indicios directos, el investigador ha detallado que el estudio de telefonía sitúa a Óscar en Entrena en la noche del crimen y arroja “una pauta de comportamiento” con “silencios absolutos, de parón total, en sus comunicaciones”. Además, ha subrayado el hallazgo del vehículo de Javier Ovejas estacionado ante la puerta de su vivienda, con una mochila con “efectos que le relacionan directamente con el móvil del delito”: un álbum de monedas y billetes que el acusado creía que la víctima y su pareja le habían robado.

Esos indicios se complementan con evidencias científicas de tres tipos: la sangre de la víctima, su ADN y las pruebas de balística. A este respecto, el agente al frente de la investigación ha detallado que en la rampa de la vivienda de Óscar -donde se encontraba estacionada la furgoneta- “hay cuatro evidencias de sangre de la víctima. De hecho, la sangre de Javier se encontró también “en el interior del vehículo” y, lo que es más importante, “hay ADN de la víctima mezclada con la del acusado en la zona de carga del vehículo”. Algo que vendría a probar que el acusado introdujo a la víctima en la furgoneta, si no muerto, al menos herido.

“Solo hay sangre de dos personas en el vehículo: del acusado y de la víctima”, ha recalcado este agente, quien también ha explicado al tribunal que el informe de balística “es categórico”. En él se detalla el hallazgo de cuatro casquillos del calibre 22 “de interés” en las inmediaciones del lugar donde estuvo estacionada la furgoneta, que “no concuerdan con ninguna de las armas encontradas en la casa de Óscar. ¿A qué se debe? Para la Guardia Civil es sencillo: “Al salir con la furgoneta se deshizo del cuerpo y de cualquier indicio que le incriminase”.

El último vértice del triángulo son los testimonios de los vecinos que han asegurado que el día del crimen oyeron “gritos de dolor extremo” y “un disparo”, además de ver “la sombra de una persona cargar algo grande en la furgoneta”. Estos relatos “complementan y respaldan las evidencias científicas y nos sitúan en el lugar en el que suceden los hechos, que es coherente con lo que declaran”.

¿Dónde está Javier?

En el plan urdido por Óscar para hacer desaparecer el cuerpo de Javier Ovejas hay un momento clave. La tarde del 30 de julio, en torno a las cuatro. En ese momento, el acusado salió de declarar durante una hora y media ante la Guardia Civil (en Navarrete), donde había sido citado por ser la última persona que había visto con vida al joven desaparecido.

Y el primer movimiento que hizo al salir del cuartel fue cambiar la tarjeta SIM de su smartphone para introducirla en un terminal analógico, sin posibilidad de geolocalizarlo y sin servicios de mensajería como WhatsApp. Se da la circunstancia de que “esa misma mañana, ya citado por la Guardia Civil”, Óscar consultó a un conocido con conocimientos informáticos “cómo podía resetear un teléfono”.

Esa maniobra provocó un ‘apagón’ en el seguimiento del acusado por parte de los investigadores, que le perdieron la pista entre el 2 y el 6 de agosto. Es en ese momento cuando la Guardia Civil cree que Óscar aprovechó su ‘invisibilidad’ para acudir al lugar donde había dejado el cuerpo de Javier la noche del 29 de julio y trasladarlo a su ubicación actual, que sigue siendo el principal misterio del caso.

Con todo, los investigadores están “convencidos” de que entre el 14 y el 29 de julio de 2021 Óscar trazó concienzudamente el plan para acabar con la vida de Javier y aprovechar “una salida de 10 minutos” con la furgoneta para deshacerse de su cuerpo “y de cualquier evidencia que pudiera incriminarle”. Ahora, el testimonio de los investigadores y el “triángulo de evidencias” deben convencer al jurado popular de que ese plan no se correspondía con el de un crimen perfecto.

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