San Bernabé

Ni la lluvia ni el puente pueden con la tradición del pez, el pan y el vino

Ni la lluvia ni el puente pueden con la tradición del pez, el pan y el vino

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Rebeca Palacios.- Ni la lluvia ni el puente festivo de cuatro días han impedido a los logroñeses cumplir con la tradición y honrar a su patrón, San Bernabé, para degustar unas 26.000 raciones de pez, pan y vino, en recuerdo a los alimentos gracias a los que la ciudad resistió el asedio al ejército francés en 1521.

La Cofradía del Pez, la entidad encargada de salvaguardar esta tradición, se ha encargado desde primera hora de la mañana de preparar las viandas que se reparten junto a la muralla del Revellín, donde se han formado largas colas de ciudadanos que esperaban pacientemente bajo sus paraguas.

Foto: EFE/Raquel Manzanares

Entre los cofrades que se encargan del reparto de las raciones se encontraba la secretaria general del PP, la logroñesa Cuca Gamarra, quien fue alcaldesa de la capital riojana entre 2011 y 2019 y nunca falta a esta tradición.

Hace ya 502 años, los logroñeses resistieron tenazmente el sitio del ejército galo gracias a los peces capturados furtivamente en el río Ebro, al vino almacenado en las bodegas subterráneas de la ciudad y al más humilde de todos los alimentos: el pan, elaborado con trigo de los graneros locales.

Foto: EFE/Raquel Manzanares

El 11 de junio de 1521, día de San Bernabé, se rompió finalmente el asedio y Logroño hizo al santo su patrón, en agradecimiento y conmemoración de esa fecha, ha recordado a EFE el cofrade mayor de esta organización, Fernando Azofra, quien precisamente celebra su cumpleaños este domingo.

Fernando Azofra | Foto: EFE/Raquel Manzanares

Durante toda la mañana, se reparten unos 925 kilos de truchas de unos 35 gramos cada una, mil litros de vino tinto donado por la familia Vivanco y unas 1.600 barras de pan sobado, cortado en rebanadas.

No es la primera vez que la lluvia intenta deslucir el principal acto de esta cofradía, que cuenta con unas carpas para impedir que el agua entre en contacto con el aceite de oliva, también riojano, en el que se fríen los peces. Por suerte, a última hora de la mañana ha salido el sol.

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