La piedra ha vuelto a aparecer un año más sobre los viñedos riojanos. No lo ha hecho con tanta virulencia como en junio de 2021 ni tampoco abarcando tanta superficie como entonces, pero sí ha echado por tierra los pámpanos de alguna viña. La tormenta arrancó este pasado sábado a última hora del día principalmente en zonas de La Rioja Alta como Cuzcurrita de Río Tirón, Casalarreina, Treviana y Cihuri, dañando también cultivos herbáceos como cereal, remolacha y guisante verde.
Rastro del granizo que arrojó este sábado en Cuzcurrita de Río Tirón.
En Cuzcurrita relatan los vecinos que el temporal apenas se prolongó durante un minuto, pero cubriendo de blanco jardines y calles, para luego dar paso a la lluvia aunque se contabilizan unos ocho litros. Golpes con piedras de un tamaño considerable y, además, sin agua de lluvia suficiente que riegue el campo. Pasado el chaparrón, al día siguiente tocaba visitar los campos y aquí la cosa ha estado muy repartida.
Las zonas que han registrado daños están muy separadas entre sí, por eso de que las tormentas son caprichosas por naturaleza. “Las que peor parte se han llevado son las llamadas Viñas de Rioja y Mojón alto, mientras que en el resto la piedra ha golpeado de manera menos intensa”, relata Fernando, uno de los agricultores de Cuzcurrita afectados por el granizo que ya ha dado parte al seguro de unas cuatro hectáreas de viña.
“Además, en la zona de Mojón alto que se encuentra hacia Cihuri el ciclo va bastante más avanzado, por lo que el daño en el fruto será mayor, pero tampoco para echarse las manos a la cabeza. En mis caso tengo tres viñas relativamente cerca y una ha quedado muy afectada mientras que otra tiene menos daño y la tercera, casi nada. Los daños que se han visto son hojas rotas y agrietadas y pámpanos en el suelo, pero los posibles efectos en el fruto se verán más a largo plazo, en unos siete u ocho días”, describe.
Tormentas que de haber arrojado hace quince días apenas hubieran dejado malestar en el campo, pero la vid ya va cogiendo forma, con los racimos apuntando y a las puertas de la floración gracias a los calores que aceleran en ciclo, por lo que estas “heridas” dejarán huella. Ya el año pasado Fernando tuvo que dar parte también por daños de piedra en sus viñas. “Entonces fue una tormenta que vino de la zona de Treviana y Sajazarra y que pegó con más fuerza. Además, vino algo más tarde, por lo que el daño fue mayor”, recuerda, apuntando que estos fenómenos meteorológicos cada vez se están dando de manera más continuada cada año.
Desde Agroseguro, donde continúan recibiendo partes de las heladas de abril, ya están tramitando los primeros expedientes de esta piedra que ha golpeado en La Rioja Alta. Hasta el momento cuantifican 154 hectáreas de unas 200 parcelas, principalmente de viñedo (140 hectáreas), de las cuales más de 70 se ubican en el término de Cuzcurrita, aunque también con han llegado partes desde Cihuri, Treviana, Haro, Ochánduri, Tirgo, Villalba de Rioja, Casalarreina, Sajazarra y Fonzaleche. En Haro también se han notificado daños en 17 parcelas cultivadas de remolacha, mientras que la superficie dañada de cereal y guisante, registradas en zonas de Cuzcurrita, ha sido más testimonial (unas ocho hectáreas en total).
