El Rioja

Los nuevos portainjertos de vid: mayor calidad y para uvas blancas

Cultivo de cepas madre en Viveros Provedo. | Fotos: Viveros Provedo

La irrupción de la filoxera a finales del siglo XIX inundó de cenizas el viñedo europeo trabajado con ahínco por las gentes del campo. Y curiosamente, la solución a aquella plaga llegada de Estados Unidos también vino de tierras americanas, donde allí las vides no morían por estos insectos, por lo que se usaron las raíces de estas plantas para injertar las nuevas cepas de Europa. Desde entonces los portainjertos americanos inundan todas las regiones vitivinícolas del mundo, pero el sector sigue adaptándose con las diferentes especies de portainjerto en función de sus necesidades, las del entorno y las del propio mercado.

Lo que vienen percibiendo actualmente los viveristas, especialmente desde este último año, es que las demandas se están enfocando hacia clones menos productivos y más cualitativos ante las restricciones en producción establecidas por el Consejo Regulador de la DOCa Rioja. “Ahora buscan clones de tempranillo más cualitativos como RJ43 y selecciones nuestras como VP 28 y VP 25. Además, como las nuevas plantaciones están limitadas llevamos años que trabajamos en el mercado de las replantaciones y estamos viendo como ya se está arrancando tinto para plantar blanco porque se vende mejor o reinjertar a blanco”, explica Nacho Provedo, gerente de la empresa Viveros Provedo en Varea, quien reconoce que tampoco son los mejores tiempos para las replantaciones debido “al precio que se vende ahora la uva”.

En las últimas dos décadas asegura que las prácticas de injertado también han cambiado y ahora el viticultor prefiere comprar la planta ya injertada en lugar del barbado para injertar el. La falta de mano de obra que tradicionalmente hacía esta labor, así como el porcentaje de fallo que daba por un peor agarre han propiciado que la compra de planta ya injertada por el viverista sea más segura y fiable porque “existe una selección sanitaria y de calidad de planta y la trazabilidad de la variedad y clon es enorme”.

Las características de los suelos también son uno de los factores que más ha de determinar la elección de uno u otro portainjerto, tal como remarca Provedo: “Nada tienen que ver los suelos calizos con los arcillosos a la hora de determinar su resistencia a la sequía, a la humedad o a la salinidad, así como el vigor de la planta y el desarrollo del fruto en el momento del cuajado y maduración”.

Ahí influirá mucho la profundidad, la textura, la aireacion y la compacidad del propio suelo que también tendrá peso a la hora de elegir una u otra variedad. “En Rioja Alta, por ejemplo, la fertilidad es mucho mayor que en Rioja Oriental, en términos generales, es decir, que habrá más vigor. Por ello, el injerto que se emplee deberá estar ajustado a las necesidades de ese terreno para evitar una sobreproducción de la planta, o todo lo contrario. También es determinante la altitud a la que se planta una viña, porque eso repercutirá en el ciclo de la uva por lo que habrá que usar portainjertos adaptados a ciclos más largos o más cortos”, apunta.

El cambio climático ha influido de igual forma en la toma de decisiones de cara a nuevas plantaciones siendo la sequía el principal problema sobre el que actuar. Esta región vitivinícola se ha copado del portainjerto 110 Richter por ser este el que más abanico de adaptabilidad a suelos presenta, ya sean poco o muy profundos, así como una resistencia media tanto a la caliza como a la sequía.

El favorito del viticultor, sin duda, si no había condicionantes limitantes. Pero si los hay el gerente de Provedo recomienda otros que soportan mejor la sequía como es 140 RuGgeri, SO4 o 420 A. “Portainjertos que son más demandados en las zonas de Rioja Oriental, mientras que en Rioja Alta optan más por aquellos que muestran una mejor maduración, aunque bien es cierto que la tendencia ha variado debido a los cambios meteorológicos porque ahora la uva en estas zonas no tiene tantos problemas de maduración. En cualquier caso, es clave hacer un análisis previo de suelos para elegir el portainjerto adecuado, porque estamos hablando de algo que es para toda la vida y si te equivocas en eso te estás equivocando para toda la vida de la viña”, sentencia.

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