La Rioja es la tercera comunidad autónoma con mayor porcentaje valorado con necesidades específicas de apoyo educativo, el 12,8 por ciento de los alumnos, entre los que se incluyen altas capacidades intelectuales, retraso madurativo, trastornos del desarrollo del lenguaje y del aprendizaje; entre otros.
El alumnado con apoyo educativo ascendió a 800.409 en el curso 2021-2022 en España, con lo que se supera por primera vez el 10 por ciento del total, entre los que hay un elevado número de jóvenes en situación de vulnerabilidad, con altas capacidades, con trastornos de aprendizaje, del espectro autista y con problemas de conducta.
La estadística de alumnado con necesidad específica de apoyo educativa que ha publicado el Ministerio de Educación y Formación Profesional refleja un aumento de más de 50.000 alumnos sobre el curso anterior, cuando sumaron 748.054 (9,3 por ciento). Una parte importante de todo este alumnado, el 83,8 por ciento, está escolarizado en enseñanzas ordinarias.
Del total, 245.983 (30,7 por ciento) recibieron ayuda por necesidades educativas asociadas a discapacidad o trastornos graves y los restantes 554.426 (69,3 por ciento) por otras necesidades específicas. Los mayores porcentajes se presentan en los centros públicos y en la enseñanza concertada (3,3 y 3,1 por ciento del total, respectivamente), siendo muy reducido en la privada no concertada (0,7 por ciento).
Las discapacidades más frecuentes en el alumnado con necesidades educativas especiales son los trastornos generalizados del desarrollo/trastornos del espectro del autismo (28,1 por ciento), la intelectual (26,9 por ciento) y los trastornos graves de conducta (21,7 por ciento).
Una parte importante de, el 83,8 por ciento, está escolarizado en enseñanzas ordinarias, aunque hay cierta variabilidad entre el porcentaje en las distintas comunidades autónomas.
Teniendo en cuenta el tipo de discapacidad, los mayores porcentajes de integración corresponden a los trastornos graves de conducta, 98,3 por ciento, discapacidad visual, 95,5 por ciento, y discapacidad auditiva, 95,4 por ciento.
Dentro del alumnado con otras necesidades, destaca el alumnado que recibe apoyo por trastornos de aprendizaje (41,5 por ciento), seguido del de situaciones de vulnerabilidad socioeducativa (25,1 por ciento) y del de trastornos del desarrollo del lenguaje y la comunicación (14,8 por ciento).
También se incluye la atención a las altas capacidades intelectuales (8,3 por ciento), al retraso madurativo (4,6 por ciento), a la integración tardía en el sistema educativo español (2,4 por ciento) y al desconocimiento grave de la lengua de aprendizaje (2,4 por ciento).
En cuanto al peso del alumnado que recibe apoyo educativo, representa un 10 por ciento del total de alumnado, que se eleva al 12,6 por ciento para primaria y al 13,3 por ciento en secundaria, siendo aún más significativo en FP Básica y otros programas formativos, con un 15,6 por ciento y un 20,9 por ciento. respectivamente.
Las comunidades con mayor porcentaje de alumnado valorado con necesidades específicas que recibe apoyo educativo son Illes Balears (17,8 por ciento), Comunidad Foral de Navarra (17,3 por ciento) y Región de Murcia (15,7 por ciento), y en el otro extremo se sitúan Aragón (4,1 por ciento), Comunidad de Madrid (6,9 por ciento) y País Vasco (7,7 por ciento).
Considerando solamente las necesidades educativas especiales, los valores más elevados corresponden a Galicia (5 por ciento), Ceuta (5,0 por ciento) y Murcia (4,8 por ciento), y los más bajos a Extremadura (1,6 por ciento) y Aragón (2,1 por ciento).
Considerado el alumnado con otras necesidades específicas de apoyo educativo, las posiciones relativas de los extremos son bastante similares a las del total, destacando con los mayores porcentajes Navarra (14,7 por ciento), Illes Balears (14,5 por ciento) y La Rioja (12,8 por ciento), y en el otro extremo se sitúan Aragón (2 por ciento), Comunidad de Madrid (4,4 por ciento) y Canarias (4,4 por ciento).
Dentro del alumnado con necesidades educativas especiales se encuentran aquellos con discapacidad auditiva, motora, intelectual, visual y trastornos generalizados del desarrollo, del espectro del autismo y trastornos graves de conducta.
Entre el estudiantado con necesidad específica de apoyo se incluyen a los de altas capacidades intelectuales; con retraso madurativo; con trastornos del desarrollo del lenguaje y del aprendizaje; con desconocimiento grave de la lengua de instrucción y aquellos en situación de desventaja socio-educativa.
