Agricultura

El cereal espiga en La Rioja bajo el paraguas de una sequía preocupante

Cebada espigando en una finca de La Rioja Media

“Esto solo sirve para aguantar un poco, que la tierra al menos esté algo fresca, pero de poco o nada vale si la semana que viene no llega un buen chaparrón”. Dicho queda. Las lluvias que han rociado gran parte de la región este miércoles han sido un suspiro para los agricultores, y de igual forma, tan rápido como han llegado se han ido este jueves.

Pero algo han dejado a su paso oscureciendo así la tierra. Litros que principalmente se han repartido por La Rioja Alta, con esos más de 12 litros en la estación de Santo Domingo de la Calzada, y también en el entorno del valle del Iregua.

Fuente: Red de estaciones agroclimáticas del SIAR.

Unas lluvias que no revierten en ningún caso la situación que atraviesa el sector agrícola. Las previsibles pérdidas de producción en el campo se extienden por todo el país, pero recaen especialmente en el cereal, que en La Rioja ya comienza a espigar sobre un suelo sin reservas hídricas suficientes para seguir prosperando.

“Hay algunas fincas de cebada que ya están espigadas del todo porque con estos calores se ha adelantado todo. Había años que para el 15 de mayo nos costaba encontrar alguna espiga de trigo para San Isidro, pero en esta zona los trigos ya están comenzando también”, señala Félix desde Ausejo, donde han caído unos siete litros que el viento ya se ha encargado de evaporar prácticamente durante este jueves.

Este agricultor insiste en que esta sequía, “que pocas veces se ha visto igual, es ya muy preocupante porque ni llueve en invierno ni llueve en verano o lo hace a destiempo, y ya como hiele se puede llevar por delante también esas espigas porque afecta a la cabeza”. Además, la crisis que afronta el cereal, apunta, será más seria en aquellas fincas que cuenten con más cantidad de abono: “Al no llover, el nitrógeno que se ha echado al campo puede quemar la planta, algo que ya se está viendo en zonas que tienen mucha riqueza de purines o restos del champiñón. En cambio, hay un sembrado cerca de Tudelilla que no abonaron y en invierno lucía bastante mal pero ahora es el que mejor ha espigado”.

El camino de sombras por el que caminan agricultores como Félix no arroja ni un haz de luz entre los costes de los insumos, “echados al campo para nada”, y la merma en la cosecha de este año, que algunos ya vaticinan que rondará la mitad que la producción del año pasado. Pocos meses quedan para iniciar esta complicada cosecha del cereal que, como todo cultivo este año, tiene prisa por comenzar.

Subir