Todavía no se conoce ni al camarero más exquisito que se resista al empuje de una fuerza imparable contra un objetivo inamovible, es decir, al maravilloso gesto de clavar con precisión de cirujano el tenedor justo en el centro del pincho de tortilla. Que habrá a alguien al que seguro esto le exaspera, porque en los tiempos de las redes sociales todo parece molestar. Que luego no es para tanto. Porque el tenedor en todo lo alto es la bandera en la cima más alta, es la firma del autor, es el sello de garantía de calidad. Es… aquí están muy huevos, mis patatas y mi pedazo de tortilla.
Y en este viaje de cinco paradas por las tortillas riojanas hemos descubierto que todos pinchan el tenedor en la tortilla. Para que el tenedor no se caiga, para que entre el pan sobre el plato, y para que la tortilla luzca con su peineta. Es la corona de la reina de nuestros bares. Clavaron los tenedores en todos y cada uno de los locales que los lectores de NueveCuatroUno han recomendado por un único motivo: es la tortilla de su vida.
La tortilla del Kien en Nájera
Clavaron, por supuesto, en el Kien de Nájera, en una tortilla sabrosa, bien cuajada, con cebolla. Tortilla para reyes, en la calle Mayor de esta localidad. Ahí sirven una tortilla de patata que hace la vida más agradable a los najerinos que se dejan caer por ahí de buena mañana para degustar esta creación que “cocina Olga desde hace muchos años”, tal y como recomendó Javichu.
La tortilla del mesón El Escudo en Fuenmayor.
Hemos seguido las recomendaciones de los lectores, que nos llevaron hasta Fuenmayor. A otra de las grandes referencias del tapeo en esta localidad. Al mesón El Escudo. Pincharon con el tenedor la tortilla que luce con presencia propia en una barra en la que es imposible fallar.
La tortilla sin cebolla del Argenta de Logroño
Son tortillas con peineta, como la del Argenta, que nunca lleva cebolla. Es otra de las recomendaciones de los lectores, porque en esta materia, en el con o en el sin, los bandos son irreconciliables. La fidelidad es máxima hacia una receta que marca la gastronomía española, que surgió del hambre de los campesino, que ante la escasez de huevos decidieron echar más patatas a la sartén para así comer más gente.
La tortilla del Palio en Logroño
Aunque es una receta patria, su elaboración requiere buen gusto. Por lo que el cariño, la frescura y el trabajo duro son las claves para acabar dominando esta creación que no acepta la pereza en la hostelería. Por eso, Elena, que nació en Ucrania, hace una de las mejores tortillas de la ciudad. Los clientes del Palio tiene mucha suerte.
Lucía y su tía Chus en La Travesía de San Juan.
Porque el nivel es altísimo. La hostelería riojana mima la tortilla de patata. De ahí que el listado que hemos recibido en la redacción sea tan extenso. En Logroño nos han dicho que hacen tortillas muy ricas en La Travesía, que cumplió esta semana 30 años con Chus al frente, en un local que antes fue el bar Ignacio donde ya hacían la misma tortilla de patata que se sirve ahora. La lista sigue con el bar Uría, La Concordia, el bar D2, el Serenella, el Malmö, el Donde Quieras, el Notre Dame, La Anjana, el Chusmi, Las Palmeras, el Sebas, la Tabola, el Toten, el Anayet, la Lagosa Urban Food, el Oslo, el Bodegón La Viña, el Pasapoga, el Porto, el bar Marisa, la cafetería Robi, el bar Duques, el Peyma, el bar San Mateo, el Avenida 55, el Robusta, la Tortillería de San Agustín, el Cache y el Beso Café. De Calahorra nos han recomendado El Capi y el bar Nueve; de Casalarreina, el bar Idefiz; de Villamediana, el Arizona; y de Uruñuela, el café Menoscuarto.
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