El presidente provisional del recién creado Consejo Regulador de ‘Viñedos de Álava’, Emilio Aguillo, asegura estar ante un “momento histórico para la Comarca” confiando en que la nueva denominación de origen “recoge una demanda de las generaciones que nos han precedido en los últimos cien años”.
Así lo ha reflejado el también gerente de Bodegas Solar de Ayala, en Páganos, y secretario de la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA) en una entrevista en el Blog de Rioja Alavesa, donde ha apostado firmemente por los pasos que se están dando en base a una “única razón”, que es la supervivencia económica, lo que implica estar fuera del paraguas de la DOCa Rioja. “No tenemos otra salida porque o hacemos esto o en cinco años tengo que cerrar la bodega porque estoy arruinado”, insiste.
Aguillo se muestra seguro ante el devenir del proyecto, a pesar de que el jefe de la unidad de Indicaciones Geográficas de la Comisión Europea, Joao Onofre, apuntase que ninguna Indicación Geográfica puede ser aprobada sin el apoyo del Estado miembro, “pero España tiene transferidas las competencias que atañen a las denominaciones de origen, así que quien tramita y procesa todo esto es el Gobierno Vasco, que sabe que todo nuestro proyecto es legal”.
La cifra de las bodegas que inicialmente van a conformar la nueva denominación todavía está por concretar (hasta el momento han sido únicamente cinco las bodegas que han impulsado su creación) y no hay previsión de que se dé a conocer a corto plazo. En una anterior entrevista en Radio Vitoria – Cadena SER, el presidente del nuevo consejo regulador ya se negó a dar el número, aunque remarcó que la cifra va a sorprender. “Pero no lo voy a decir ni bajo tortura”.
Será entre septiembre y octubre de este año cuando se abra el plazo de inscripción para que bodegas y viticultores se unan, pudiendo ya elaborar vino de la añada 2023 bajo la etiqueta de ‘Viñedos de Álava – Arabako Mahastiak’ después de que el Gobierno Vasco diera el visto bueno a esa comercialización. Aguillo ya tiene un veredicto sobre cómo se reflejará ese registro de cara al exterior: “Seamos los que seamos, en el mes de noviembre los titulares dirán: ‘Fracaso absoluto de Viñedos de Álava porque solo hay ocho bodegas’. Pero para mí Arabako Mahastiak ya es un éxito. Seremos ocho como poco. No seremos 50 bodegas, ni 27, pero seamos los que seamos hablarán de ‘fracaso'”.
Ajenos, por tanto, a los mensajes que llegan por parte desde el resto del sector y otras instituciones, aseguran que “lo que les preocupa (a quienes se oponen) son sus zonas y que cunda el ejemplo, que sentemos jurisprudencia, es decir, que lo nuestro tenga un efecto dominó que origine una cadena de otros acontecimientos”. Ahora la idea que plantea ‘Viñedos de Álava’ es apostar por copiar las formulas de Burdeos y Borgoña con la creación de “una bodega comunitaria” para vender a nivel nacional e internacional.
La última palabra la tiene Bruselas, pero esta puede demorarse hasta seis años. “Mientras tanto, nosotros trabajaremos a conciencia. No existe la posibilidad de que Bruselas lo rechace o lance una enmienda a la totalidad. Si en alguno de nuestros puntos vieran una anomalía, Bruselas nos enviará un escrito para que lo aclaremos o lo mejoremos, dándonos un tiempo razonable para hacerlo”, explica Aguillo.
