El Rioja

El Rioja, entre la fortaleza del viñedo y el aumento de costes

FOTO: Riojapress/ Fernando Díaz.

El tercer ciclo de ‘Catas Underground’ que organiza NueveCuatroUno y Calado by Criteria irrumpe en la calle Ruavieja con un análisis sobre la situación del sector vitivinícola actual de la mano de las bodegas participantes y los patrocinadores de esta iniciativa. Una charla de la mano de Matías Calleja (Beronia), Pablo Orio (Muga), Ana García (Sierra Cantabria), Mathieu Barrault (Murua), Alberto Terroba (Argraf), Jesús Ruiz (Cork Supply), Mikel López (Ramondin), José Antonio Catalán (Cartonajes Santorromán) e Iñaki Valle (Tonelería Magreñán).

La ralentización de ventas, el incremento de costes y las nuevas tendencias de mercado han sido los temas principales que han abordado en el encuentro para remarcar el escenario “gris” que atraviesa a día de hoy la denominación y el mundo del vino en general, pero con la vista puesta en un horizonte más optimista que “podría ver la luz en el segundo trimestre del año”.

Orio reconoce que hay “incertidumbre”, mientras que Calleja habla de un cierto “colapso” en cuanto a las ventas. Una postura compartida por los asistentes, pero que, aseguran, no afecta igual a todos los modelos de negocio. “A Muga, por ejemplo, este tipo de crisis no le repercuten tanto porque ya es una marca fuerte y supone un valor refugio percibido por los consumidores”, asegura el enólogo.

FOTO: Riojapress/ Fernando Díaz.

Una valoración que sostiene también Sierra Cantabria, donde el viñedo marca la diferenciación: “Creo que quienes peor lo están pasando son las bodegas que trabajan con grandes volúmenes y que van a precio. Ahora lo que hay que conseguir es que todas las bodegas caminen hacia esa reconversión de filosofía donde se prime la calidad y, por tanto, se pague por ella. La nuestra siempre ha sido que el vino se hace en el viñedo y nos ha funcionando muy bien”.

“El viñedo hay que gestionarlo bien para evitar episodios como los que se ven en Burdeos. El gran potencial de Rioja es esa diversidad vitícola que tiene en una denominación no excesivamente grande”, apunta Barrault. Porque las tendencias están en constante evolución y bien los saben quienes surten de vino el mercado. “Estamos en el mejor momento de producción de viñedo porque aquellos que se plantaron hace 20 o 30 años ahora están dando unos resultado increíbles. Hay que aprovechar ese potencial productivo y la diversidad de microclimas que existe en Rioja y que es, sin duda, brutal”, añade el director técnico de Beronia.

Y si hay calidad en el viñedo, la hay en los vinos. Orio asegura que está habiendo una evolución en la perspectiva del sector, “que está comenzando a valorar más las diferencias entre un viñedo y otro a la hora de hacer buenos vinos y eso hará que la gente se ponga las pilas en la tarea de producir calidad y seguir vendiendo”. Y en esa tarea de vender calidad, Valle lanza una reflexión interesante: “Hay crisis en el mundo del vino y son tiempos complicados, pero aquí los mayores márgenes de beneficio se los está llevando la hostelería. Y que quede claro que no es un ataque a este sector, pero es la realidad que se ve”.

El horizonte en la crisis de materias primas tampoco mejora, especialmente en el encarecimiento de estas y el aumento de los plazos de entrega, lo que deja a la empresa auxiliar del vino con el freno de mano echado. El vidrio puede ser uno los materiales que más preocupación está generando entre el sector con su desabastecimiento, especialmente en botellas transparentes para blancos y rosados. “Te ponen un precio y un plazo y lo tomas o lo dejas. No hay más, así que estás sujeto a lo que marquen las vidrieras”, lamenta el enólogo de Murua.

FOTO: Riojapress/ Fernando Díaz.

“Hemos pasado de periodos de entrega de dos o tres días a unos de dos o tres meses, además de incrementar los precios casi cada mes. Y lo que ya es notable es la ralentización de la demanda, que está mermándose”, remarca el director general de Argraf. Mientras, en Ramondin ponen el foco en la exportación como nicho de negocio clave para iniciar la recuperación del mercado, que aseguran va a sufrir más a nivel europeo: “Tal vez en el segundo trimestre se vea ligeramente la luz”.

Catalán, de Cartonajes Santorromán, recuerda cómo tuvieron que adaptarse a la pandemia desarrollando un ‘packaging’ adaptado a la venta ‘online’ y cómo, de repente, la demanda se disparó a lo grande por miedo al desabastecimiento provocando un “aumento desorbitado” de los precios de las materias primas. “Luego, el consumo se frenó de nuevo porque surgieron nuevos cambios de imagen para atraer a nuevos clientes”, relata. Cambios y más cambios que obligan a estar en constante adaptación para hacer frente a la falta y encarecimiento de suministros, “con una subida de más de un 60 por ciento en el precio”.

Lo que no escasea son los corchos, que mantienen en pie las ventas, aunque “haciendo frente también a esos sobrecostes derivados de la energía”, explican desde Cork Supply. Ruiz asegura que “los números van bien”, pero reconoce que “el nivel de comercialización ha bajado ante la merma de cosecha también experimentada en la región, lo que ha incrementado los costes”. Unos costes, sin embargo, que “no se puede repercutir al cien por cien en el consumidor”, apunta.

Y la madera tampoco se salva. “La realidad es que no hay madera para fabricar las barricas porque se está suministrando todo al sector del whisky. Los proveedores ya no nos dan precios fijos y es un grave problema. Por no mencionar lo que han subido los fletes marítimos”, explican desde la Tonelería Magreñán. Valle recuerda los viajes a Estados Unidos con la incertidumbre como compañera: “Estamos comprando madera ya de cara a 2025 y 2026, porque la madera necesita de dos años más para tostarse. Allí nos dan un precio y no hay negociación que valga. Además, un problema añadido es que nuestra industria no es imprescindible para completar el proceso de un vino, mientras que al final corchos y etiquetas siempre tiene que haber a la hora de embotellar”.

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