Traslado por trabajo; mudanza a otra ciudad; una relación de muchos años que sale mal; empiezan las bodas, los hijos, y las quedadas habituales comienzan a convertirse en eventuales… Son varios los motivos por los que nuestro círculo de amigos se va reduciendo y con los años se hace más difícil ‘encajar’ en un grupo nuevo. La opción más socorrida es la de las aplicaciones para conocer gente, pero a veces da miedo porque ahí “solo van a lo que van”. Hay vida más allá de las app y muchas posibilidades para que quedarse en casa simplemente sea una opción.
Conocer gente, salir de la rutina y pasarlo bien. Estos son los objetivos con los que se ha creado uno de los muchos grupos que hoy en día pueden encontrarse en Telegram. “Actualmente estamos en torno a las ochenta personas. Hemos empezado hace poquito, pero ya hemos hecho varias quedadas y la cosa va muy bien”, comenta Roberto, administrador y creador del grupo Amistad Verdadera.
En este caso, desde un principio se dejó claro que no era un grupo para ligar, “porque para eso ya están las aplicaciones, aunque luego pueden surgir cosas. Somos personas y si te vas conociendo y pueden aparecer sentimientos. Es muy lícito, pero no el objetivo principal”. Roberto destaca que “la finalidad es conocer gente y pasárselo bien, no crear malos rollos, y desde el comienzo se deja claro que si se pueden evitar temas polémicos, mejor que mejor.
Además, recalca que cada uno de las personas que forman parte del grupo son importantes para que este funcione adecuadamente. “Yo soy uno más, sin ellos no sería posible”.
De Telegram a WhatsApp
El grupo Amigos en La Rioja comparte la misma filosofía: conocer gente, hacer amigos, evadirse del trabajo y la rutina, desconectar y charlar con gente que están en tu misma sintonía. Así lo define Marta, administradora del grupo. Para ella todo empezó formando parte de un grupo de Telegram “donde había mucha gente, pero estaba muy parado”.
Esta inactividad le llevó a crear Amigos en La Rioja, que actualmente cuenta con más de doscientos miembros. Entre tanta gente, siempre hay algunos que interactúan más, y con ellos Marta pasó a conformar un subgrupo, esta vez en WhatsApp. “En este estamos las personas que más participamos y más quedamos”.
En cuanto al rango de edad, Amigos en La Rioja no pone ninguna limitación, “pero una persona de 20 años no creo que se divierta con los que tenemos 35, 40… lo mismo para los de 70. La mayoría que conforman el grupo estamos entre los 35 y los 53 aproximadamente”. Marta destaca que muchos son separados. “Tras el divorcio hay ocasiones en las que te sientes incómodo yendo con la cuadrilla que tenías con tu pareja y al final te ves solo. Necesitan una motivación, hacer planes, charlar… y para eso está el grupo”.
El pincho pote no lo perdonan, el cine les encanta, las buenas obras de teatro no se las pierden y las rutas por el monte cada vez son más demandadas, porque en este grupo “todos aportamos nuestro granito de arena y tenemos una agenda donde cada componente propone planes: ferias, eventos, carreras, mercados… Nos gusta todo mientras lo hagamos en grupo”. Entre sus próximos planes, la gran comida de Navidad.
Marta reconoce que visto desde fuera puede parecer algo frívolo, incluso peligroso, “pero en las redes sociales hay de todo y aquí ya sabes dónde te metes, con quién quedas… Está claro que no vas a ir a casa de alguien sin conocerle… quedarás en un bar”. La administradora de Amigos en La Rioja reconoce que “el grupo ha venido bien a varios componentes que han encontrado pareja, incluso yo estoy muy agradecida porque, además de venirme bien mentalmente, he conocido a alguien especial”.
Como en cualquier grupo de vez en cuando surgen problemas, “porque cada uno somos de un padre y una madre”, pero siempre se solventan con respeto y diálogo. “El grupo lo conformamos todos, nadie es más que nadie, todos proponemos y decidimos. Sin cada uno de nosotros nada sería posible”.
“He encontrado conocidos y he encontrado amigos”
Olga es una de las integrantes del grupo Amigos en La Rioja. Venezolana, llegó hace ocho años a España, y a Logroño en 2020, “en plena pandemia”. Comenzó con un proyecto profesional y centró todos sus esfuerzos y horas en él. Ya en 2021, cuando todo iba viento en popa, volvió un nuevo confinamiento. “Me sentí muy sola, encerrada entre cuatro paredes, y decidí buscar ‘amigos en Logroño’ a través de las redes”.
Así fue como Olga se introdujo en este mundo de los grupos. “En aquel momento estaba un poco parado porque la gente todavía estaba con miedo, hasta que la pandemia empezó a dar un respiro y en octubre hicimos la primera quedada: nos fuimos a hacer senderismo a Ezcaray y estuvo muy muy bien”.
Olga contaba con varios miembros de su familia en Logroño, “pero necesitaba un grupo de amigos, personas con quien salir a tomar algo, irme a bailar, dar un paseo e ir a comer por ahí. Esto me encanta, de hecho, hicimos un grupo solo de chicas que nos reunimos una o dos veces al mes para irnos a comer a un restaurante y lo pasamos genial”. Olga destaca que son la mayoría españolas y eso “me ha permitido integrarme mejor en la sociedad, entender el léxico, los refranes, las costumbres… A nivel cultural estos grupos son muy interesantes y enriquecedores”.
La venezolana reconoce que en estos grupos ha encontrado conocidos y amigos, “personas con las que, además de salir, si tengo un problema sé que puedo contar”. Porque como ella misma destaca, estos grupos son un mundo aparte formados por personas separadas, solteras, divorciadas, todas ellas buscando una nueva etapa en su vida por diversas razones, y es muy interesante conocer los motivos de otra gente por buscar su hueco en la sociedad”.
