El Rioja

Michel Rolland: “Siempre va a haber espacio para el vino, porque es cultura”

FOTO: EFE / L. Rico.

El enólogo francés Michel Rolland, uno de los más prestigiosos del mundo en su campo, es optimista sobre el futuro del vino y cree que “siempre va a haber espacio para él y su consumo irá a más” porque “está asociado a la cultura”.

Rolland ha hecho estas declaraciones a EFE con motivo de su presencia en Logroño, donde ha recibido el premio “Wine Land”, que entrega el Foro Mundial del Vino organizado por el Club de Marketing de La Rioja. “Recibir premios siempre es agradable, empiezo a ser viejo y ya he recibido algunos”, bromea Rolland, un experto que asesora a bodegas de todo el mundo y cuyas opiniones son tenidas en cuenta por millones de consumidores.

“El vino es un producto que participa de la cultura de todo el mundo y por eso tiene su propio espacio”, afirma el enólogo francés, que está “encantado de volver a Rioja” la que considera “la primera región vinícola de España y también una de las importantes a nivel mundial”.

Ha reivindicado el papel “social” que tiene el vino “y no otras bebidas alcohólicas” porque “puede estar presente en todas las formas de relacionarse del ser humano, en las más formales y en las desenfadadas, y se vive mejor con vino”. Por eso considera que “los jóvenes están empezando a entrar en el consumo del vino” y “eso va a hacer que crezca”.

Sin embargo, él no cree que haya que “forzar” la forma de hacer vino para acercarse al público más joven “sino que hay espacio para todo”. “Hay una tendencia de hacer vinos con más fruta, frescura y más bebibles para acercarse a los jóvenes, pero lo que realmente es importante es que el vino sea bueno, porque si es así, quien lo toma querrá más y querrá probar otras cosas y entrará más en la cultura del vino”, ha considerado.

Esos vinos afrutados, admite, están legos en algunos de sus matices de los vinos llamados “de alta gama” pero “hay espacio para todos”, insiste el enólogo francés, que en una carrera de más de tres décadas ha apostado por todo tipo de caldos y mercados, desde los más populares a los exclusivos y desde zonas cargadas de tradición, como Burdeos, a las del nuevo mundo del vino, como Argentina.

“Hay vinos que son para todos los días y otros no, que están más para el disfrute pausado de la cultura”, detalla Rolland, convencido de que “siempre van a coexistir esos dos modelos diferentes de acercarse al vino, aunque también está la posibilidad de probar las dos cosas”.

Por eso no recomienda a las bodegas que se limiten a un tipo de vino, que renuncien a realizar caldos de alta expresión o que se dediquen solo a ellos; “es como una empresa de coches de lujo, que hace algunos muy exclusivos, pero también modelos que puede vender con más facilidad” y “eso es lo que tiene que hacer el mundo del vino”, ha concluido Rolland.

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