San Mateo

Una feria que no invita al optimismo

Vuelven los toros este sábado a Logroño y ese es el problema: el toro que vuelve a Logroño, que es el mismo del año pasado e idéntico tarde tras tarde. Porque los toros de Domingo Hernández, Juan Pedro Domecq, ‘Zalduendo’ y ‘Cuvillo’ están todos cortados por el mismo patrón de la docilidad y la falta de casta. Una feria monótona y previsible que atenta contra los principios básicos de la tauromaquia: la variedad y la emoción.

‘Mi obligación es traer a Logroño a las figuras del toreo y para ello me tengo que apoyar en este tipo de ganaderías porque si no estos toreros no vienen’. Es lo que me decía hace un par de días Óscar Chopera, empresario de ‘La Ribera’, que es lo mismo que reconocer que el sistema taurino está viciado para satisfacción de toreros, ganaderos y empresarios. Y, ea, a costa del aficionado.

Claro que de los hierros que figuran en el cartel de San Mateo, de vez en cuando, sale algún toro bueno. ¿Pero cuántos toros verdaderamente bravos y encastados lidian Juan Pedro, ‘Cuvillo’ o ‘Zalduendo’ a lo largo de la temporada? ¿un 8 por ciento siendo muy generoso? Eso significa que, en el mejor de los casos, al albero de ‘La Ribera’ esta feria matea saltarán 1,6 TOROS…

Serán las ganaderías más caras, pero hay otras más interesantes y están presentes en un buen número de ferias: Santiago Domencq, ‘Jandilla’, ‘Alcurrucén’, Victoriano del Río, ‘García Jiménez’, ‘La Quinta’… Por dar alguna idea.

Otro aspecto negativo es la parquedad de la feria. Que cuatro tardes de toros en Logroño se hacen a poco. Que, a mitad de la feria, el lunes no haya toros tampoco es bueno. Y luego, lo de los dos festejos mixtos, tampoco. Combinar en dos de cuatro tardes, toreo a pie y a caballo es como lo del perro del hortelano. Con la presencia de Guillermo Hermoso de Mendoza, que ha triunfado en todas las ferias importantes esta temporada, era más que suficiente. Pero ya se sabe…

Por terminar con lo malo, he de decir que el cartel del martes (‘Zalduendo’ para Ferrera, Ureña y Valadez) puede que sea la combinación menos interesante que se ha programado en Logroño en los últimos 30 años. Pero es mi opinión.

Falta ‘El Juli’, se mire por donde se mire. Y también se echa de menos la presencia de Pablo Aguado, Juan Ortega, Daniel Luque, Ginés Marín o Ángel Téllez. Ya sé que todos no tienen cabida en una feria tan breve, pero por ese mismo motivo igual está de más la presencia de ‘Cayetano’.

Parece que lo mismo tenemos suerte y somos testigos del resurgir de Talavante este final de temporada. ‘Morante’ ahora mismo es el toreo en sí: arte, reminiscencias de tauromaquias pasadas, gusto, valor y personalidad. Roca Rey ha abierto la puerta grande en sus últimas doce actuaciones y es un tornado tanto en la taquilla como en el ruedo. Y la doble presencia de Diego Urdiales, que es lo mejor de la feria, riojanismo al margen y tras la incertidumbre del desencuentro en Bilbao entre torero y empresa.

Lo dicho, una feria previsible, corta y con pocos alicientes salvo el cartelazo del día de San Mateo.

¡Que Dios reparta suerte a toreros, ganaderos, empresarios y, sobre todo, al aficionado!

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