La Rioja

Los feriantes riojanos también vuelven a San Fermín

Los feriantes riojanos también vuelven a San Fermín

Si unas fiestas son especiales en el norte de España, esas son los sanfermines. Ocho días en los que Pamplona se tiñe de blanco y rojo y que reciben a miles de turistas, muchos de ellos riojanos que viven la fiesta como el verdadero inicio del verano. Tres años después, a las calles pamplonesas también han vuelto los feriantes. Uno de ellos es el calagurritano Alfonso Álvarez, que con sus camas elásticas y sus toritos para mayores y pequeños está presente en la feria pamplonesa.

“Empieza la jornada con lluvia pero parece que para mañana ya vuelve el buen tiempo”, dice desde el ferial de Pamplona recién llegado de Soria. Lo que llevan de verano no han parado de trabajar. “Se notan muchas ganas en la gente, pero también es verdad que hay ganas de vacaciones y muchos aprovechan las fiestas para irse”. Aún así, la asistencia de público en las ferias está siendo magnífico: “Como llevamos tanto tiempo sin poder disfrutarlas como lo hacíamos antes, notamos que la gente se mueve de unos municipios a otros para acudir a la feria”.

Han sido dos años durísimos para los feriantes. “No hemos podido trabajar. Han sido momentos complicados porque había que pensar en nuestros trabajadores. Menos mal que hemos tenidos los ERTE y las ayudas. Si no, hubiese sido insostenible”, recuerda con los momentos peores de la pandemia. “Ya se han acabado las restricciones y la gente está deseando salir a la calle a disfrutar y la feria es un lugar perfecto en el que hacerlo”.

Pamplona para ellos es especial. “Es probable que económicamente sean más rentables otras ferias, incluso de ciudades más pequeñas, pero aquí el gentío es tremendo. Todo el día hay gente aunque sea solo a pasear por las atracciones. Da mucho gusto trabajar en Pamplona. Al final, como la gente tiene la costumbre de madrugar para los encierros, el día es muy largo y hay tiempo para todo. Además, vienen muchos extranjeros y es muy divertido verlos”. Eso sí, sus clientes ya son conocidos. “Lo que más viene es gente de Navarra y de La Rioja. Como los conocemos de otras ferias, es un momento de reencuentro”.

Un reencuentro que se alarga durante ocho días, aunque los tres del fin de semana son los de más trabajo. “Se sigue notando, sobre todo de gente joven, de cuadrillas y de familias con niños de otras localidades”. A Pamplona lleva todo el arsenal de atracciones que tiene. “En otras ferias más pequeñas no puedes llevar tantas, pero en Pamplona o Zaragoza sí que vamos con todo”.

Aunque los parques de atracciones parece que puedan robar protagonismo a la feria de toda la vida, Alfonso no lo ve así. “La feria es mucho más que unas atracciones. Es un lugar social. Es el sitio donde a los chavales de 13 y 14 años se les da la primera ‘suelta’ en fiestas, donde muchos se han enamorado, un lugar de encuentro social que nada tienen que ver con los grandes parques de atracciones”.

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