La Rioja

La Strapalucio vuelve a San Fermín “con las ganas multiplicadas por tres”

Desde 1986, la charanga Strapalucio nunca se había perdido su cita con los sanfermines, la fiesta por antonomasia del norte de España. Más de tres décadas acudiendo fieles a unas fiestas que nada tienen que ver con las del resto del mundo. Desayunos, vermús, tardes de toros, noches interminables… Una rutina que comenzaba cada 7 de julio y que se vio frenada drásticamente por la pandemia y la suspensión de las fiestas pamplonesas.

“Este año, con las ganas multiplicadas por tres”, la charanga riojana volverá a poner banda sonora a las calles de la capital navarra de la mano de la peña Aldapa, que les ha vuelto a contratar para que no falte el ambiente charanguero en cada uno de sus actos.

Rubén Sáenz, saxo de la charanga, está emocionado nada más que de pensarlo. “Tenemos muchas ganas. Sabemos que San Fermín requiere un trabajo extra porque son muchas horas y es mucha la gente que nos acompaña, pero estamos deseando que llegue el 7 de julio para poder volver a pisar sus calles”, cuenta.

Nada es ya como hace tres años. “La gente tiene muchas ganas de charanga y nos lo están demostrando en cada una de las fiestas a las que estamos acudiendo. Fue así en San Bernabé, en San Pedro Manrique y hace unos días en Soria”. Esas ganas las han notado en dos vertientes. “Nos están contratando más. Hemos hecho muchos bolos antes de que comenzasen las fiestas como tal y además se nota en la gente. Hay una sensación como de dos años robados y el ambiente es buenísimo en cada una de las salidas”.

Pero San Fermín tiene algo especial. “Es muy curioso porque allí hay gente que no ha visto una charanga en su vida, que no sabe ni lo que es, pero enseguida entienden el concepto y se unen a la fiesta”, cuenta, reconociendo que cada vez más gente joven apuesta por acompañar a las charangas en sus salidas. “Hace algunos años eran especialmente peñistas los que nos acompañaban, pero ya hace un tiempo que la gente más joven ha descubierto lo bien que se lo pasan en las charangas y cada vez son más los que nos acompañan. Es ya como un ritual de las fiestas”.

FOTO: Ayuntamiento de Pamplona.

Eso ha hecho que los repertorios hayan tenido que cambiar. “Para la mañana y el vermú o la tarde tenemos unos repertorios más clásicos, canciones de la charanga de toda la vida. Por la noche ya se van buscando otras cositas. Por ejemplo, este año tenemos un popurrí de C-Tangana pensando en esa gente joven. Ves el tipo de público que tienes en ese momento y sobre eso vas adaptando el repertorio”.

No es ningún problema acudir a San Fermín. “Es verdad que hay mucha gente y que este año, según vamos viendo en otras fiestas, va a haber mucha más, pero la gente suele respetar bastante a la charanga y si hay alguien que se pasa están los miembros de la peña que suelen estar bastante pendientes de nosotros”, asegura.

Dos años sin charanga es demasiado tiempo. “Es verdad que en estos años hemos hecho algunos bolos con gente sentada en las terrazas, pero no es lo mismo. La diferencia entre una charanga y una banda de música es precisamente ese contacto con la gente que en estos dos años casi no hemos podido tener. Te das cuenta de que lo necesitas como músico”. Ahora, por fin, llega el momento de disfrutar de la madre de las fiestas. “No vemos el momento de que sea 7 de julio y empezar a tocar por las calles más emblemáticas de la ciudad”.

Tras el chupinazo lanzado este miércoles por Juan Carlos Unzué, la Strapalucio ya está lista para hacer saltar a pamploneses, navarros y todo el que se acerque a escucharlos. La fiesta está servida.

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