Agricultura

Manos a los frutales riojanos ante el riesgo de plagas

Manos a los frutales riojanos ante el riesgo de plagas

Aplicación de tratamientos en una finca de perales en el Valle del Iregua

Las primeras cerezas ya están en las cestas con un buen estado sanitario por la ausencia de agua, pero los tratamientos siguen cubriendo los árboles al pie de la letra para prevenir. El último boletín de Avisos Fitosanitarios editado por el Gobierno de La Rioja a fecha de 18 de mayo ya advertía del vuelo de larvas en frutales como ciruelos, melocotones, nectarinas, manzanos o perales, así que la atención de los fruticultores se posa ahora en el mantenimiento del fruto sin infección por plagas.

Ignacio Jadraque, agricultor de Alberite, está tratando estos días sus perales en el Valle del Iregua para combatir la psila, una plaga que afecta mucho a la pera conferencia y que se nutre de estas altas temperaturas y la falta de humedad, “por lo que campa a sus anchas por los frutales”. A pesar de que ha colocado unos insectos que actúan como depredadores, “a estos no les da tiempo a controlar el avance de la plaga”.

A esta infección se suma el daño hecho por el hielo, que en la pera no ha sido tanto en cantidad como sí en calidad: “El frío las ha dejado sin pipas y se han desarrollado mucho peor y más lentas. Ahora nos encontramos peras en los árboles muy feas, pequeñas y torcidas, por lo que habrá que hacer un aclareo importante previo a la cosecha, que se va a quedar mermada, sobre todo la que vaya a parar a la DOP Peras de Rincón de Soto. Así que habrá que esperar hasta entonces para evaluar la campaña en términos cuantitativos”.

El ingeniero agrónomo José Antonio Pérez coincide en que es un “momento clave de cara a la aplicación de tratamientos, sobre todo con las plagas, que este año están dando más problemas que las enfermedades, por lo que no hay que bajar la guardia en el campo”. Pero la situación, aclara, no es alarmante: “La cosa está tranquila y el año acompaña en cuanto a la meteorología porque la sequía está manteniendo lejos los problemas fúngicos”.

Pipa de almendra dañada por las heladas de abril.

Pero esa sanidad generalizada en los frutales no evitará que sea un año de producciones bajas. Que se lo digan a los almendros, sorprendidos en abril por esas heladas que ensombrecieron sus pipas. “La merma de producción a causa del hielo podrá rondar el cincuenta por ciento respecto al año anterior, pero todavía es pronto para aventurar cómo viene la cosecha porque ahora el almendro está viviendo de esas reservas de las lluvias primaverales, aunque también hay zonas de La Rioja más secas donde los árboles van adelantados fenológicamente y ya comienzan a advertir la falta de agua”.

La incertidumbre reina, por tanto, entre el sector fruticultor. En cuanto a la fruta de hueso, el agricultor de Alberite calcula que esas temperaturas bajo cero se han llevado cerca de un 70 por ciento de la cosecha, sobre todo de melocotón y nectarina, aunque también ha afectado a la producción de los manzanos. Sin embargo, esa rebaja de la producción, que también se prevé en otras regiones frutícolas del país donde los hielos azotaron con fuerza, como Aragón, no apunta a que vaya a ir ligada a una subida proporcional de los precios: “Las grandes empresas comercializadoras controlan todo y tienen atados los precios”.

En Arnedo, Emilio Abad destaca este año “muy irregular” en cuanto a las inclemencias del tiempo: “De repente no llueve, de repente mucho frío. Luego tormentas y seguido, mucho calor. Y eso deriva en una sucesión de enfermedades y plagas. No hay una tónica general como en años anteriores y creo que conforme pasen las campañas va a ser algo más habitual con el cambio climático”.

Este agricultor de Arnedo asegura que, aunque en cuanto a las plagas “no está siendo un año especialmente fastidioso”, los hongos sí dañaron a almendros y frutales de hueso justo después de la floración por ese exceso de humedad que se dio durante marzo, momento en el que se requiere de calma y estabilidad para un buen cuajado. “No se puede hablar de un año de desastre total, pero son varias cosas que se van acumulando y que derivarán en una merma de calidad, aunque tampoco dejarán una mala cosecha”.

A sus almendros y melocotonares no les pillaron los fríos de comienzos de abril gracias a la altitud en la que se encuentran, siendo las zonas de valle las que salieron más perjudicadas, pero Emilio incide en que “ahora la preocupación está en las plagas, como el taladro de la fruta, mientras que los perales todavía pueden correr riesgo en cuanto a enfermedades porque la mayoría se riegan en zonas de valles y ahí hay mucha humedad”.

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