Agricultura

El rastro del bochorno en el cereal: “Habrá pérdida de peso específico”

Honorio Pinilla se baja del tractor y hace un repaso de las espigas que ya van cogiendo color a ese amarillo tostado que anuncia que se avecina la cosecha. A lo lejos atisba algún fondo blanco entre las cebadas que sembró el invierno pasado en el término de Ocón. “Eso es señal de asurado, provocado por los fuertes calores de la última semana que han asesinado al campo”.

Y es que la planta ha sufrido sobre manera. Venía un año “muy prometedor”, como coinciden muchos labradores, pero este bochorno de mayo ha trastocado todas las buenas previsiones. La incertidumbre rodea a los agricultores y también el temor a las enfermedades fúngicas que puedan mermar los graneros.

Este veterano agricultor insiste en que “por el momento toca esperar, al menos hasta que empecemos a cosechar y veamos cómo sale el grano y podamos cuantificar el daño”. Pero asegura que habrá pérdida del peso específico en los cultivos. “Suele darse más en las cebadas, pero los trigos son más delicados y aunque parezca que no les afecta, luego la historia cambia a la hora de segar”.

Pinilla estima que para el 20 de junio es muy probable que alguna cebada temprana ya se esté cosechando en la zona. “Solo un clima fresco y húmedo podrá retrasar el ciclo del cereal y dar un respiro necesario al campo. Así que estamos ante semanas determinantes”.

 

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