La Rioja

Las terrazas vuelven a su sitio en Calahorra: “Lo podían haber dejado así para siempre”

La situación de los veladores y terrazas ha vuelto este lunes a la situación previa a la pandemia en Calahorra. La ciudad recupera así su espacio original, siguiendo las condiciones estipuladas por la ordenanza de terrazas. Además, dos calles (Paletillas y Maestro Falla) que habían estado cortadas al tráfico durante estos dos años han vuelto a tener tráfico rodado entre el visto bueno de unos y las críticas de otros.

“Lo podían haber dejado ya así para siempre”, comentaban en la terraza de una de las calles cortadas un grupo de usuarias habituales de estas cafeterías. “Las calles tenían mucho más ambiente con terrazas que con coches”, argumentaban mientras se tomaban el café de media mañana.

Hace dos años, el Ayuntamiento de Calahorra, como muchas otras ciudades de todo el país, llevó a cabo varias medidas normativas entre las que se encontraban la peatonalización provisional de varias calles, la ampliación de diferentes espacios y la adecuación, regulación y reordenación de los veladores y terrazas del sector. Medidas que se adoptaron como consecuencia de las restricciones en el interior de los establecimientos a fin de evitar la propagación del SARS- CoV2.

El Ayuntamiento de Calahorra trabajó entonces para que el primer día que la normativa permitiera abrir las terrazas, la hostelería de Calahorra tuviera todo listo. Un esfuerzo que se hizo con el objetivo de facilitar el trabajo del sector. Dos años después y una vez pasado el mes de abril, se retoma la normalidad en las terrazas.

La fecha de vuelta a la normalidad se retrasó hasta el mes de mayo conscientes de la gran afluencia de turistas y la importante actividad de calle que se concentra en la ciudad durante el mes de abril. La experiencia ha permitido, además, modificar la ubicación de algunas terrazas con el objetivo de mejorar la accesibilidad en algunas varias de la ciudad.

Desde el consistorio han agradecido a la ciudadanía la comprensión mostrada por las molestias que ha ocasionado la ampliación de los espacios de terrazas a algunos ciudadanos y, al sector hostelero, la comprensión ante una decisión que tenía que llegar y que ya se había tomado meses antes en muchas otras ciudades.

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