Y suben, y suben, y suben. “Yo ya he dejado de mirar las facturas. Prefiero no hacerlo, por mi salud mental”. Enrique Serrano no ve el día en el que pueda soltar sus vacas en la sierra de Anguiano para dejar de gastar tanto en alimentarlas: “Es lo único que me da algo de tranquilidad, pero la situación está muy complicada. Mientras nuestros costes como piensos, forrajes o medicinas siguen incrementándose, seguimos vendiendo los terneros como antes y llevamos así desde finales del año pasado, pero con el agravante de la guerra en Ucrania”.
A su caso (como a otros ganaderos), a este problema se le suma el brote de tuberculosis que circula por muchas explotaciones de vacuno de la región debido, coinciden los ganaderos en general, al aumento de la fauna silvestre desde la pandemia, que ha favorecido el contagio de los animales. “Toca volver a sanear y tengo que tenerlas estabuladas, por lo que todavía no puedo soltarlas en el monte, al menos hasta mediados de mayo”.
Explotación ganadera en Anguiano.
Además, esta enfermedad le impide vender sus terneros fuera de La Rioja como hacía antes. “Solía comprarlos una empresa catalana que los exportaba a precios altos, así que nos los pagaban bien, pero ahora los llevamos a los cebaderos de La Rioja y los precios aquí son más bajos. Así que aún estamos más si cabe con la soga al cuello”, insiste. Y como él, “una veintena de ganaderos más”. Por eso se han juntado para reclamar juntos soluciones y medidas, “que habran los cebaderos que se pague por los terneros lo que cuesta producirlos”.
En este sentido, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha analizado los sectores más perjudicados por la invasión rusa de Ucrania para proceder al reparto de unos fondos de ayuda excepcional destinados a los productores de carne y cítricos y cuyo importe asciende a unos 200 millones de euros. En concreto, la propuesta de distribución determina que el vacuno de carne se podrá repartir hasta 110 millones de euros, el mayor beneficiado, seguido del ovino y caprino (31,7 millones), el pollo (10 millones) y el conejo (3 millones). Los pagos a los benefactores se realizarán antes del 30 de septiembre de este año.
En el otro extremo de la cadena se sitúa Santi, de la carnicería El Serradero, que atiende el puesto en el Mercado del Corregidor mientras deshuesa para un cliente dos piernas de cordero. “Aquí, al menos lo que yo veo, no es el cordero lo que más ha subido porque lleva disparado mucho tiempo. Desde que comenzó la escalada de precios en los piensos y la energía, es la carne que menos se ha visto afectada porque mayormente se trata de una producción en extensivo, por lo que su dependencia de estas materias primas es menor”, explica.
Santi, de la carnicería El Serradero.
A lo que hay que sumarle la escasa demanda que tiene el cordero “porque la gente lo identifica con un producto de lujo y no es así. Estas piernas de cordero ahora mismo están al mismo precio que el lomo de cerdo”. Y es justamente el pollo y el cerdo lo que no deja de encarecerse por ser explotaciones en intensivo. “En el caso de la ternera, subió antes de precio, pero ya se ha estancado”, apunt el carnicero, que trae esta carne de la ganadería de su hermano, en Torrecilla en Cameros.
Santi no atisba un buen horizonte próximo y, aunque durante el primer mes intentó mantener los precios de venta ya que la política de la tienda es no tocar las tarifas, hace quince tuvieron que hacer aplicar una subida a todos los productos a excepción del cordero.
