Agricultura

Agroseguro perita unas 300 hectáreas de frutales riojanos helados

Agroseguro perita unas 300 hectáreas de frutales riojanos helados

Pipa de almedro dañada por el hielo

Han pasado dos semanas desde las heladas que dejaron en vela a muchos agricultores en La Rioja a expensas de cómo afectarían las temperaturas bajo cero a sus frutales ya florecidos. Las primeras horas tras aquellas noches frías no daban indicios de grandes daños en el campo, pero el sector ya avisó: “Habrá que esperar algunas semanas para valorar realmente”.

Durante esta semana y la anterior, Agroseguro ha tramitado partes de siniestros en cerca de 300 hectáreas (609 parcelas) de la comunidad, de las cuales, 211 son de frutales (437 parcelas). “Nos han llegado incidencias de perales en Entrena y Alfaro, principalmente, pero también desde Albelda de Iregua, Quel, Rincón de Soto y Calahorra en menor medida”, apunta la responsable de la compañía en La Rioja, Mari Luz Cano.

Los frutales de hueso como los melocotones o nectarinas son los que han sufrido unas “afecciones bastante más elevadas”, siendo más moderadas en la pera, “pero al haber mayor superficie de perales, la mayoría de notificaciones proceden de estas fincas”, aclara.

Pedro Mari Valverde fue uno de los que pasaron varias noches al raso aquellos días de heladas aplicando el “efecto iglú” para evitar que sus perales florecidos se helasen. Ahora recorre su plantación en Hormilla y descubre que parte de las pipas del interior están negras. Ha registrado un cincuenta por ciento de daño, aproximadamente, pero ha decidio no dar parte al seguro.

Perales de los hermanos Villaverde, en Hormilla, bajo el método “efecto iglú”.

“El problema es que si no tienes mucho daño, el año que viene te penalizan quitándote kilos, así que prefiero perder parte de la producción esta vez, con el coste económico que ello implica, pero así el año que viene no tengo que hacer un seguro complementario. Si el daño hubiera sido por un mal cuajado, luego hay tiempo para retirar el parte del seguro, pero en el caso del hielo no ocurre eso y si notificas la incidencia ya no te puedes echar para atrás. Además este seguro tiene un 30 por ciento de franquicia”, explica.

A la espera de concluir con los peritajes y poder determinar el porcentaje de daño producido, la responsable de Agroseguro recuerda que estas cifras no son las reales a pie de campo “porque son muchos los agricultores damnificados que no tenían asegurada sus fincas, sobre todo de almendros y cerezos, ya que en estos casos suelen tender más a los módulos que cubren el pedrisco y la lluvia”. Para estos árboles el daño ha sido diferente en función de las variedades, ya que había plantaciones en un estado fenológico más adelantado que otras.

En Quel, Santiago Jiménez todavía no ha podido evaluar los daños de sus cerezos, pero el escenario no es nada optimista. “Han sido unas heladas en las que se han dado todos los condicionantes para que se produzca un daño mayor porque han sido varias noches consecutivas, con muchas horas de temperaturas bajo cero y con un hielo seco, lo que se conoce como helada negra”, apunta.

Él no cuenta con seguro de heladas porque, explica, “tiene un coste económico elevadísimo y solo te pagan el 50 por ciento sobre el 80 del total asegurado, teniendo en cuanta la franquicia del 30 por ciento. Es decir, necesitaría tener el cien por cien de mis cerezas heladas para cobrar como máximo el 50 por ciento, así que no compensa”.

Pero no esperaba la irrupción de estos hielos en estas fechas: “Ha sido algo bastante anómalo y raro porque yo he tenido más daño en las variedades tardías que todavía no habían abierto la flor que en las tempranas. Y es que cuando hemos ido a partir las flores por el medio nos hemos encontrado que el bulbo estaba negro. También se han salvado más las zonas bajas del árbol que las altas, que no es lo más habitual, y a medida que nos hemos acercado a las plantaciones del monte hemos visto mucho más daño que en las hondonadas del valle. Por no hablar de los melocotoneros, que en esta zona se ha perdido todo”.

Unas afecciones que van a tener su efecto directo en la campaña de recolección de la cereza que ya se acerca y que se afronta con una “incertidumbre total” a la espera también de la evolución del tiempo para los próximos días, cuando alertan de más frío e incluso nevadas.

“Ya vamos con unos quince días de retraso como consecuencia de estos fríos y no los vamos a poder recuperar aunque vengan buenas temperaturas. Además, casi seguro que la cosecha venga también mermada en cuanto a cantidad se refiere. Pero por el momento todo son incógnitas”, sentencia Jiménez, que desde este año ya tiene sus siete hectáreas de cerezos (cinco de ellas en producción) bajo el régimen de ecológico, “con las dificultades y mayores costes económicos que implica su manejo”.

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