Agricultura

La colza baña de amarillo el campo riojano por primavera

Campo de colza en Ocón

A los verdes trigos y los pétalos blancos y rosas de los frutales se suma desde hace días el intenso amarillo que irradian los campos sembrados de colza. Esta oleaginosa, cada vez más abundante en La Rioja, continúa floreciendo y regalando una paleta de colores que invita a hacer un alto en el camino y disfrutar del espectáculo cromático.

Los últimos años han sido de bonanza para este cultivo, que en 2020 ocupaba en La Rioja 1.500 hectáreas de la superficie sembrada y que ha ido sumando terreno en la última década. Para esta campaña, los labradores celebran las lluvias arrojadas en marzo con las expectativas de que venga igual de buena que el año anterior.

Aunque las últimas heladas que mantuvieron en vilo al sector durante las primeras noches de abril generaron miedo e incertidumbre, días después, agricultores como Gonzalo Lumbreras no han visto daños reseñables. “Además, la colza florece durante bastante tiempo, así que si se pierde alguna flor no tiene por que ser grave”, indica tras hacer un repaso por las fincas que tiene sembradas entre Santo Domingo de la Calzada, Grañón y San Torcuato.

Desde Baños de Río Tobía, Óscar Bobadilla también aprecia cómo la colza ha capeado bastante bien esas temperaturas bajo cero de madrugada, “pero el riesgo era evidente porque la planta estaba ya en plena floración”.

Campo de colza en Tricio. Foto: EFE/Javier Belver

Y ante las previsiones de precipitaciones para esta semana, lanzan una petición al cielo: “Que llueva ahora, sí, pero que guarde un poco también para mayo porque es en estos meses cuando se determina el devenir de la cosecha que se recoja en verano”.

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