El Rioja

El vino con destino Rusia, en ‘stand-by’: “Toca buscar nuevos mercados”

Palés de Mendieta Osaba Wines que debían haber viajado a Rusia

Las apatías del mercado no dejan de sorprender en el sector del vino, que ya tiene cuenta con varios frentes abiertos que van ajustando poco a poco la soga. La invasión de Putin en Ucrania ha sido el detonante para los libros de cuentas de muchas bodegas de Rioja que tenían a Rusia en la lista de los principales países importadores de vino.

Como Juantxu Mendieta, que tiene en su bodega de Lanciego un paquete de 600 botellas esperando desde hace tres semanas encontrar un nuevo destino. Para Mendieta Osaba Wines, el mercado ruso representa el 15 por ciento de las exportaciones (ocupa el segundo puesto solo por detrás de Estados Unidos), aunque esta cifra puede ser ya cosa del pasado. De los dos clientes con los que contaba en el país, uno ha decidido prescindir de estos vinos en busca de otros más baratos, y el otro quiere hacer un encargo, pero pide que el pago sea a 60 días.

“Ahora mismo mandar vino sin prepago es inviable porque viendo cómo están las cosas nadie te puede asegurar nada, ni siquiera que el pedido pueda cruzar la frontera del país. Es cierto que en este caso parece que hay garantías porque se trata de una gran empresa y no hay problemas con los bancos con los que trabajan, pero igual en dos meses la situación no es la misma”, apunta Juantxu, quien confía en que cuando acabe el conflicto se puedan recuperar esas relaciones, “aunque no será a corto plazo”.

Palés de Mendieta Osaba Wines que debían haber viajado a Rusia .

A la gran devaluación del rublo, la moneda rusa, se suma el hecho de que los bancos cobran los créditos a casi un 20 por ciento de interés, por lo que muchas empresas son incapaces de mantener ese prepago al que estaban acostumbradas. “Antes de que estallara la guerra, hablábamos de las previsiones con estos clientes y esperábamos aumentar en un cinco por ciento las ventas. Teníamos estrategias de promoción en Moscú, ya habíamos quedado en la feria ProWein para vernos… Iba todo de maravilla gracias a un buen contacto que hicimos con una importadora que nos permitió ir ganando terreno, pero ahora todo es incierto”.

El último palé que envió a Rusia fue una semana antes de que las tropas entraran en Ucrania. “Salió por los pelos y, aunque ya no era responsabilidad nuestra, sí estábamos muy pendientes de que llegara a su destino. El siguiente que teníamos para el mismo cliente, en cambio, no pudo salir, y con este cambio de rumbo he tenido que reorganizar los paquetes. Ya tengo un pedido con destino Noruega que tendría que haber salido hace una semana, pero con el problema del transporte aquí sigue, mientras que para el resto de mercancía toca buscar nuevos mercados”.

Un cambio de rumbo que también conlleva pérdidas, y no solo de tiempo. “Teníamos etiquetas ya contratadas para 2.400 botellas que iban a viajar a Rusia y que ahora tendremos que tirar. Afortunadamente, las cajas no se han perdido y sí se van a poder reconducir a otros mercados”. Los planes de Mendieta Osaba Wines se centran ahora en ganar posicionamiento en Bélgica y Alemania.

Palés de Marqués de Reinosa.

Para la Cooperativa Marqués de Reinosa el consumidor ruso también es un perfil “interesante y creciente” que acapara el diez por ciento de la facturación total de esta bodega de Autol que, a través de la cooperativa valenciana Anecoop, comercializa unas 150.000 botellas anuales que van a parar principalmente a los lineales de los supermercados de este país.

“Tenemos todo paralizado, como el resto de bodegas. Pero el problema está en cuando se reactive la actividad y en la forma de pago, porque hasta ahora se daba crédito, pero la situación administrativa en la que estamos ahora no nos da ninguna seguridad a la hora de dar crédito a los clientes. Rioja siempre ha sido un mercado complejo, por lo que ahora más que nunca hay que saber bien los pasos que se dan”, remarca el director comercial de la bodega, Pedro Marín.

Entre octubre y noviembre esta cooperativa envió al Kremlin todos los pedidos acordados, pero tenían otras dos mercancías más ya apalabradas y en proceso de desarrollo para comenzar a prepararlas. “Ahora tendremos que reubicar estas botellas en otros mercados, pero a ver en cuáles”. Sin embargo, Marín remarca que “el problema que hay ahora en el sector del vino no es Rusia, sino el encarecimiento de las materias primas, porque el precio del cartón y de las botellas nos lo han doblado en apenas seis meses, así como el de los fletes a Estados Unidos”.

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