La entrada en vigor, este viernes, del descuento mínimo por ley de 20 céntimos por litro en la compra del carburante ha provocado largas colas de conductores en las gasolineras riojanas desde primera hora de la mañana, hasta el punto de que ha habido momentos puntuales en los que algunas han tenido que cerrar por problemas informáticos en sus sistemas, como es el caso de las pertenecientes a Repsol.
Así lo ha detallado a Efe la presidenta de la Asociación de Estaciones de Servicio de La Rioja, Ana Benes, quien ha recalcado que “ha sido tal la avalancha” de conductores a repostar, que se ha producido “un colapso” en algunos momentos del día en algunas gasolineras.
Según sus datos, no ha habido problemas de falta de abastecimiento porque las estaciones de servicio, ya habían previsto que este viernes hubiera esta “avalancha” y habían repostado los surtidores.
Ha expresado el malestar generalizado de la patronal de las estaciones de servicio, que en un 70 por ciento son autónomos, pymes o micropymes, ya que “estamos adelantando un dinero”, que son 20 céntimos por litro de combustible, que “no sabemos cuándo lo vamos a cobrar”.
Además, “no todas las gasolineras han podido tramitar la solicitud habilitada por el Gobierno para recibir el importe de la bonificación porque, además, es algo nuevo, y estamos todos muy perdidos, con mucha incertidumbre y muy preocupados”, ha precisado Benes, quien ha incidido en que, en principio, “tenemos que adelantar el dinero si queremos tener la gasolinera abierta”.
El Gobierno ha anunciado que la Agencia Tributaria otorgará la próxima semana los anticipos de la bonificación a las gasolineras que lo soliciten, pero “esto es nuevo; no todas las gasolineras han podido tramitar la solicitud y, de momento, hay que adelantar el importe”.
La Asociación que preside, y que está integrada en la Federación de Empresarios de La Rioja, agrupa a 16 estaciones de servicio de las 80 que operan en La Rioja, pero la realidad vivida este viernes ha afectado a la generalidad de las mismas, ha recalcado.
El descuento de los 20 céntimos forma parte del paquete de medidas del Gobierno para paliar el impacto económico de la guerra en Ucrania y se produce después de semanas de fuertes subidas en el precio de los combustibles -de un 25 por ciento en el gasóleo y un 14 por ciento en la gasolina desde el inicio del ataque ruso-, lo que ha contribuido también ha disparar todavía más la inflación.
Para contrarrestar la subida, desde hoy las gasolineras deben aplicar un descuento mínimo de 20 céntimos por litro: 15 céntimos proceden siempre de las arcas públicas y los restantes 5 céntimos son soportados por las empresas en el caso de las grandes petroleras y son sufragados igualmente por el Estado en el caso de las pequeñas.
Mientras que firmas como Repsol o Cepsa han anunciado este mismo viernes que amplían todavía más la bonificación -de un mínimo de 20 céntimos pasarán a 30 para aquellos que estén vinculados a sus programas de fidelización-, todas las asociaciones patronales del sector del conjunto del país han advertido de las dificultades de liquidez que entraña para las compañías la puesta en marcha de esta medida.
