Nuevos cambios en la normativa agrícola europea motivados por la invasión rusa en Ucrania y la derivada crisis económica. El Consejo de Ministros celebrado este pasado lunes ha dado el visto bueno a la flexibilización de algunos requisitos de la Política Agraria Común (PAC) con el objetivo de combatir el desabastecimiento de ciertas materias primas provenientes de Ucrania y Rusia que ya está repercutiendo en los lineales de los supermercados.
Una de las novedades es que las tierras que están actualmente en barbecho se podrán sembrar de cultivos alternativos como maíz y oleaginosas. Pero en La Rioja, donde en 2021 se declararon 6.125 hectáreas de barbecho, lo único que se puede cultivar a partir de ahora para cosechar en verano es el girasol, cuyas semillas, además de para aceite, también se emplean en la elaboración de piensos animales (en 2020 se cultivaron un millar de hectáreas de esta planta en la región).
La PAC obliga a aquellos agricultores que posean más de 15 hectáreas de tierra de cultivo a destinar un cinco por ciento de su explotación a superficies de interés ecológico (SIE), es decir, a barbechos o cultivos fijadores de nitrógeno (como las leguminosas) en los que no se podrán aplicar ningún producto fitosanitario. La norma fija, además, que los barbechos no podrán destinarse a la producción agraria entre el 1 de enero y el 30 de septiembre, del año de solicitud. Pero en la situación excepcional en la que nos encontramos, la Comisión Europea ha revisado las reglas del juego y ha previsto excepciones para la gestión de estos requisitos de pago verde para la campaña 2022 y así incrementar el potencial de producción agrícola europea.
Desde la Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural, Territorio y Población aseguran que las tierras de barbecho tendrán la misma consideración para el cumplimiento de las prácticas y el consiguiente cobro de las ayudas de “pago verde” aunque esa superficie haya sido aprovechada para el ganado en forma de pastoreo, la vegetación presente sea cosechada con fines de producción, o haya sido cultivada.
“Los agricultores deberán seguir declarando la superficie que tenían previsto dejar como barbecho para cumplir con la superficie de interés ecológico, pero podrán sembrar un cultivo en ellas o, en algunos casos, podrán aprovechar la vegetación que surja en ese barbecho para su aprovechamiento por pastoreo, por ejemplo. Estas superficies, aún así, se seguirán considerando barbecho a efectos de los requisitos de diversificación de cultivos y a efectos de superficie de interés ecológico y así quedarán identificadas en la solicitud de ayudas”, indican. Aunque quedan todavía varios frentes abiertos en esta cuestión, como la gestión y cuantía de las bonificaciones para los profesionales agrarios que decidan acogerse a esta excepcionalidad y que “se seguirán definiendo en los próximos días”.
Con Ucrania y Rusia como principales países exportadores de aceite de girasol, la posibilidad de sembrar esta semilla está siendo valorada positivamente por el sector agrícola. Honorio Pinilla es uno de esos agricultores que se ha animado a alargar el periodo de siembra y cultivar girasol en el término de Ocón. Ya está preparando unas 50 hectáreas de terreno de las que tiene en barbecho para sembrar la simiente entre finales de abril y principios de mayo. Antes, varias pasadas con el chísel que remueva la tierra y a esperar a que el tiempo acompañe con las lluvias.
“Lo bueno del girasol es que no tiene enfermedades y tampoco da mucho trabajo. Eso sí, los rendimientos suelen ser bajos y, aunque no sufre los ataques de los conejos como ocurre en el cereal, los pájaros sí lo arrasan porque no hay muchas fincas”, apunta, consciente al mismo tiempo que esta zona de la región no es la más idónea para su siembra por el tipo de clima seco.
Pinilla asegura que no ha recibido todavía ninguna información oficial sobre cómo se va a gestionar esta medida y el tipo de bonificaciones que van a dar: “Yo me interesé hace un par de semanas y llamé a la Consejería de Agricultura, donde me dijeron que hasta el 21 de marzo no se iba a conocer ninguna decisión. Así que esta semana volví a llamar y ya me dijeron que se había aprobado la siembra de barbechos, pero no nos han comunicado nada sobre el tema de las bonificaciones y yo solo sé lo que se comenta en la calle, donde hablan de entre 30 o 40 euros por hectárea”.
Eso sí, la semilla de girasol certificada R1 cuesta entre 60 y 70 euros/ha, a lo que hay que añadir el gasto en abono y gasóleo. “Prácticamente, financiarán la mitad de la simiente”. Para el agricultor de Foncea, Óscar Salazar, esta medida “llega tarde porque de haberlo sabido antes no se hubieran dejado tantas fincas en barbecho, teniendo en cuenta que muchas de las tierras que están en barbecho son superficies muy pequeñas que no merece ni la pena cultivar”. Pero es evidente que nadie esperaba una guerra a la vuelta de la esquina.
Por otro lado, los productores de semillas de esta oleaginosa aseguran que tienen existencias suficientes para este incremento de la superficie cultivada de girasol, ya que parte de los lotes destinados a exportación se han quedado parados tras el estallido de la guerra. Es más, Ucrania y Rusia son los principales importadores de semilla de siembra de girasol que se producen en España.
