El Rioja

JIG lanza un kit digital específico para el sector del vino

La digitalización puede ayudar a mejorar el rendimiento de las empresas, especialmente de las bodegas. En este proceso, una de las claves es la gestión del dato: captar la información, conectar todas las fuentes e integrarlas en un único lugar. Las bodegas disponen de numerosas entradas de datos procedentes de todos sus procesos de producción, de venta y de actividad enoturística, que en muchas ocasiones se almacenan de forma estanca y no están interconectadas. Para solucionar esta disfunción y poder extraer el máximo rendimiento posible de toda esta información, la tecnología es una gran aliada.

Las bodegas tienen la posibilidad conseguir financiación en este ámbito a través del programa Kit Digital, impulsado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital y con cargo a los fondos europeos Next Generation. JIG Digital es uno de los agentes digitalizadores oficiales adheridos a este programa, que permite a las empresas entre 10 y 50 trabajadores incorporar herramientas y soluciones tecnológicas para mejorar su competitividad y rendimiento online. La empresa riojana, especializada en la gestión inteligente del dato, ha diseñado varios productos dirigidos específicamente a bodegas: son soluciones sectorizadas y especializadas, que abarcan todas las áreas funcionales del vino, desde su fase inicial hasta la llegada al consumidor final.

“Nuestra especialidad es la gestión inteligente del dato, para sacar el máximo partido a tu empresa vitivinícola: tenemos un visitante en la bodega y le dirigimos a la tienda para que compre el vino. ¿Cómo lo hacemos? Podemos captar a un cliente a través de nuestras reservas enoturísticas. Quizá ese cliente venga con amigos y no tenemos sus datos: podemos recopilarlos a través de nuestra cata tecnológica. Y una vez los tenemos, mandamos esa información a la tienda de vino y dirigimos al cliente hacia allí”, explica Javier Gurría, impulsor de JIG Digital.

Gestión inteligente del dato para sacar el máximo partido a la empresa vitivinícola

Un primer paso en el uso del dato es el análisis del grado de digitalización de las bodegas, la identificación de sus necesidades, procesos y objetivos. JIG ofrece una estrategia personalizada traducida en el diseño e implantación de una página web propia de la bodega, moderna y funcional, que refleje los valores de la marca y de sus productos. Las páginas webs constituyen una de las fuentes más importantes de captación inicial del dato de los futuros clientes.

La evolución natural de estas páginas es su integración con plataformas de venta electrónica y de reservas de actividades enoturísticas. Los datos procedentes de las ventas y reservas permiten a las bodegas conocer previamente los datos de su público objetivo y utilizarlos a su favor. «Estos datos nos indicarán la mejor forma de comunicarnos con el cliente y lo aprovecharemos para que futuras experiencias sean perfectas», aclaran desde JIG. Por ejemplo, la gamificación de una cata de vinos o la herramienta de WineBar para organizar las mesas y el menú del restaurante de las bodegas, ayudan a personalizar al máximo las experiencias de los clientes, saber cuáles son sus vinos preferidos y orientar futuras actuaciones hacia sus gustos e intereses.

Las redes sociales y la comunicación directa y personalizada juegan un papel fundamental en este proceso y en la captación de otras informaciones de interés. El conocimiento de los clientes a partir de sus interacciones permite la creación de campañas de social media y de planes de comunicación digital específicos dirigidos hacia el nicho al que la bodega quiera encaminarse. Las plataformas de CRM ayudan en la gestión de todos los contactos, la automatización de los procesos y la integración en plataformas de terceros para simplificar la comunicación. De esta manera, se puede contar con una base de datos completa con el feedback de los clientes: cuáles son los vinos que más gustan, qué experiencias enoturísticas son más demandadas y en qué períodos del año, o cuál es la procedencia mayoritaria de los clientes.

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