José Ignacio Pérez asume la presidencia del Consejo Consultivo con un compromiso de independencia, objetividad y transparencia del Consejo Consultivo, algo que considera que, en realidad, será dar continuidad al trabajo de esta institución hasta ahora presidida por Joaquín Espert.
Pérez ha tomado posesión este lunes en un acto en el que han estado presentes los miembros del Ejecutivo autonómico, del Consejo Consultivo, el presidente del Parlamento regional, Jesús María García, el alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza y representantes de los partidos políticos, agentes sociales y otras entidades.
La presidente del Gobierno regional, Concha Andreu, ha recalcado el “ejemplo” que supone la trayectoria de José Ignacio Pérez, “de quien hemos aprendido” en instituciones “claves” para la democracia en La Rioja, a otra de las cuales llega ahora.
José Ignacio Pérez Saenz (Calahorra. 1951) es licenciado en Derecho, fue docente en la UNED y en su trayectoria política ha ocupado los cargos de concejal en su ciudad natal, diputado autonómico, consejero de Educación, presidente del Gobierno de La Rioja entre 1990 y 1995, senador y delegado del Gobierno en la comunidad autónoma.
Este lunes, tras prometer su cargo, ha recordado que mientras era presidente del Ejecutivo regional se promulgó la Ley del Consejo Consultivo de La Rioja en 1995, en un momento en el que la creación de instituciones autonómicas “no estaba bien visto por algunos” que “decían que eran innecesarias, hasta inútiles”.
Sin embargo, la trayectoria del Consejo Consultivo de La Rioja, ha dicho, muestra su “eficacia” y “cada vez emite más dictámenes y cada vez es más necesario”, ha dicho.
Tras prometer su cargo y tener un recuerdo del exconsejero de Educación Luis Alegre, fallecido ayer, también ha agradecido el nombramiento hecho por la presidenta del Ejecutivo riojano “que ha entendido que soy adecuado para este puesto”.
La objetividad, la transparencia y la independencia, ha dicho, son elementos que “están en la naturaleza del Consejo Consultivo” y “han sido seguidos bajo la presidencia de Joaquín Espert” y “yo seguiré esa tarea y sus consejos” con lo que en la institución “no hay ruptura, sino continuidad”, ha afirmado.
Ha incidido en el papel del Consejo como avalista de la legalidad de las decisiones de las administraciones, porque “el derecho es un elemento sustancial de la convivencia” y “marca el estado de salud” de ese entendimiento “que se rompe sin el respeto a las normas”.
Pérez Saénz ha afirmado que en su trayectoria siempre ha defendido “el prestigio de las instituciones” y ahora se propone también, en esa línea, “mantener la dignidad del Consejo Consultivo”, ha concluido.
La presidenta del Ejecutivo regional ha destacado el “profundo respeto” que Pérez Sáenz ha mostrado en su carrera profesional y también en su vida personal, a las instituciones públicas, así como su “pasión por La Rioja en beneficio de la ciudadanía”.
Ha avalado la “sólida formación jurídica y el profundo dominio de la normativa autonómica” además de un “envidiable conocimiento de la realidad de la administración pública riojana”. Esos son sus méritos para acceder al cargo “y no el que sea de Calahorra, como yo”, ha bromeado Andreu, que ha repasado la trayectoria de Pérez Sáenz en los últimos cuarenta años.
“El respeto a las instituciones de todos es fundamental para el buen funcionamiento de nuestra democracia y, hoy en día, más necesario que nunca” y eso va unido “a la lealtad a unos valores cívicos compartidos, a una cultura política común y, sobre todo, a un Estado de Derecho”.
Porque, ha defendido, “el poder necesita límites” algo que “vivimos estos días en las mismísimas fronteras de la Unión Europea” y por eso “resulta imprescindible dotarnos de suficientes límites que protejan a la ciudadanía del abuso” y “el mejor límite del poder político, y también del económico y del mediático, es el gobierno de leyes”.
Por ello, ha concluido Andreu, “quienes forman el Consejo Consultivo contribuyen con su trabajo, conocimiento y talento a reforzar esa garantía legal frente al abuso y a la arbitrariedad de la que es capaz el poder, cuando se ejerce y se entiende de manera errónea”.
