La Rioja

Lucía sopla 103 velas: el aniversario de una de las ‘abuelas’ de Logroño

Decía John Lennon que la vida “es eso que pasa mientras estamos haciendo otros planes”. Así que imagínate la de planes que se te pueden acumular cuando tu existencia supera ya los 37.600 días vividos a pleno rendimiento. No sucede muy a menudo, pero Lucía Fernández Esténaga puede presumir de superar, con creces, el centenario.

Esta alavesa de Santa Cruz de Campezo instalada en Logroño hace ya casi siete décadas sopló este jueves las 103 velas de su tarta de cumpleaños del mejor modo posible, recibiendo el calor de su amplia familia: una estirpe que va por la cuarta generación. En torno a los globos y la tarta no han faltado sus hijos (tuvo seis, de los que en la actualidad viven dos), sus tres nietos y sus dos bisnietas, que son la alegría de la casa.

Mientras Lucía hacía “otros planes”, ante sus ojos han pasado nueve papas, tres reyes, dos pandemias (la ‘Gripe Española’ y el dichoso COVID), una república y una guerra. Ha visto al hombre poner un pie en la Luna y una sonda en Marte. Incluso ha visto crecer a Jordi Hurtado, con eso está todo dicho.

Durante su infancia ayudó a la familia en el campo, al proceder de un municipio “productor de tabaco y buenas patatas Kennebec” que abandonó en 1954 para iniciar una nueva etapa en Logroño. Quienes la conocen afirman que no hay demasiada gente que se acerque a su talento en los fogones y con la costura, al tiempo que cultivaba la mente “leyendo poesías, refranes y cantando”. De hecho, hasta hace unos años lo más probable era encontrarla a  la caza de palabras en sus inseparables sopas de letras.

Además de culta, Lucía es presumida como pocas, “siempre con los labios y las uñas pintadas, sin faltar a su cita semanal en la peluquería para ponerse guapa”.

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