Se lanzaron a la aventura en plena crisis del ladrillo, pero en sus cabezas había un plan. La clave estaba en diversificar servicios y eso fue lo que HOGARQ hizo en 2008, cuando dio sus primeros pasos en el sector de la construcción. Ahora se sitúa como un estudio de arquitectura y constructora que rompe los moldes de esta profesión en la capital riojana.
Una empresa, tal como definen sus integrantes, relativamente joven que se caracteriza por ofrecer un amplio catálogo de servicios: “Fue un momento en el que el mercado se redujo sensiblemente, pero nosotros no nos limitamos a la construcción de viviendas o a otro subsector muy concreto como sí hicieron muchas otras empresas, que finalmente acabaron en la quiebra porque no tenían más opciones cuando aterrizó la crisis”.
Eva Gil es la arquitecta técnico de este estudio y destaca que HOGARQ “siempre se ha adaptado a todas las demandas y también a todos los bolsillos”, por eso se decidió abarcar ambas ramas, planteando lo que es el proyecto o la reforma y ejecutándolo también. “Lo mismo hacemos un cambio de plato de ducha, rehabilitamos un baño o construimos una vivienda unifamiliar que te asesoramos en materia de diseño o requisitos técnicos que necesitas para tu vivienda”, añade.
Por un lado, desde el estudio de arquitectura se centran en ofrecer los servicios de proyectos de obra, peritaciones judiciales, gestión de residuos, certificaciones de eficiencia Energética, ITEs, informes, tasaciones, coordinación de Seguridad y Salud, asesoramiento técnico y de diseño e imagen.
Y a ello se suma el servicio de construcción prestado, bien para reformas, obra nueva (viviendas unifamiliares, naves industriales, locales y oficinas), obras de accesibilidad (Eficiencia Energética, limpiezas y desescombros) o el mantenimiento de edificios y mancomunidades (fachadas, cubiertas, garajes…). “Es un plus que ofrecemos al ser técnicos y que a su vez es algo muy valorado por los clientes”, apunta la arquitecta.
El equipo de la empresa aglutina a diez personas propias entre arquitectos, aparejadores y técnicos de construcción, a cuyo grupo se sumará una incorporación reciente próximamente. “Contamos con una serie de empresas colaboradoras que constituyen también parte del equipo porque están con nosotros de forma permanente desde el comienzo de la empresa. Además, también disponemos de personal de prácticas porque consideramos que somos un buen portal de aprendizaje y formación al ofrecer las dos ramas, tanto la parte técnica de despacho como la de obra”, añade.
Por otro lado, la empresa también ofrece reparaciones y mantenimientos a otras empresas de construcción de Logroño y La Rioja como técnicos de obra, lo que permite ver cómo funciona el mercado o cuáles son las demandas principales de los clientes, gestionando también gremios desde la distancia y en diferentes puntos del país para ayudar a dichas empresas a posicionarse.
Porque los proyectos de la firma riojana traspasan las fronteras de la comunidad. Principalmente llegan a Navarra y País Vasco, pero también a la ciudad condal de Barcelona y a la capital madrileña, donde destacan sus servicios del estudio de arquitectura. “En Madrid también tenemos obra, aunque no al mismo nivel que podemos tener aquí en La Rioja. De manera más puntual hemos hecho obra en otras ciudad como Granada”.
Gil remarca que la calidad tanto de los productos como del servicio es la base de sus trabajos: “Queremos ser un sello de garantía. Si hacemos una vivienda con ciertas características y luego surge cualquier problema, intentamos solventarlo lo antes posible aportando facilidades al cliente porque buscamos que quede conforme. Al fin y al cabo eso es lo que mejor habla de una empresa y hasta la fecha hemos cumplido y nos ha funcionado”.
Aunque aquellos primeros pasos hace ya casi catorce años tardaron en dejar huella, ahora HOGARQ se ha convertido en una empresa referente en el sector gracias a la variedad de servicios que ofrece y el trato que reciben los clientes. “Hemos logrado afianzar plantilla y clientes con el paso del tiempo, asumiendo los retos que teníamos por delante, y ya estamos recogiendo los frutos sembrados”.
