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Paraíso ‘eco’ en Logroño con 250 años de historia

Leches de almendra o de coco, mermeladas ecológicas, copos de avena, sacos de legumbres… La alimentación saludable, libre de parabenos, cruza puerta tras puerta sin la más mínima intención de detenerse. El público ha hablado y las tiendas ‘eco’ han respondido. En Logroño, el total de comercios dedicados a la venta de estos productos apenas alcanza la decena, pero el número va ‘in crescendo’ año tras año.

El Herbolario Navarro, asentado en el número 20 de la Gran Vía desde 2017, ha sumado en los últimos meses un nuevo ‘hijo’ en la Avenida de Colón, que completa así la extensa lista de tiendas que se reparten por toda la geografía española desde que esta firma familiar valenciana con 250 años de historia arrancase en 2005 su expansión (actualmente suman casi medio centenar de locales).

Víctor García es el responsable del primer comercio logroñés y asegura que la facturación desde que la pandemia puso un pie en la región “ha podido crecer en un 15 por ciento”. Es evidente que el COVID ha traído nuevos intereses alimenticios a la sociedad con la sostenibilidad por bandera. Lo ecológico ha dejado ya de ser una moda para convertirse en una auténtica corriente que, más allá de la alimentación, también llega a la cosmética.

“Esta es una de las tiendas más completas en productos ecológicos que existen en Logroño, tanto de alimentación como de cosmética natural y también de complementos alimenticios para aumentar las defensas. La gente que nos visita quiere cuidarse en todos los aspectos y llevar una vida lo más saludable posible. Además, lo positivo es que parece que no hay una edad fijada para empezar a preocuparte por estas cosas. Aquí viene desde gente joven interesada por esta corriente hasta personas más mayores que llevan tiempo practicando una alimentación ecológica y están muy concienciadas sobre este asunto”, señala el encargado del Herbolario Navarro.

La mayoría de productos que ocupan sus estantes llevan impresos en sus etiquetas la hoja verde rodeada por doce estrellas amarillas, logotipo ecológico de la Unión Europea que implica una garantía de calidad. “Las frutas y verduras que llegan de Valencia, por ejemplo, son todas ecológicas. A veces viene gente a vendernos productos de su huerta, pero aquí no podemos darles salida porque nos exigen el sello en este tipo de alimentos, por ello tenemos controles rutinarios del Seprona. Hay que tener en cuenta que los procesos que han de llevar a cabo las explotaciones en ecológico son muy estrictos”.

Entre los productos que triunfan en los estantes del Herbolario Navarro se hallan las leches vegetales, la kombucha, “aliado perfecto para regular el sistema inmune y repoblar la flora intestinal”, o la clorofila líquida, muy depurativa e ideal para eliminar metales pesados, añade. Pero García asegura que “esto va por rachas”. Y en esto tiene gran culpa la red social Tik Tok: “La gente ve un vídeo de alguien famoso consumiendo un alimento y a los pocos días se aprecian los efectos en la tienda”. Pero hay rachitas, ahora está muy de moda. Sobre todo por las corrientes de las redes sociales como Tik Tok.

El precio, la gran barrera

Es el coste que implica adquirir un producto con la etiqueta de ecológico lo que más frena al público a la hora de decantarse por esta gama. Así lo defiende el responsable del Herbolario Navarro: “Te puede venir una persona diciendo que acaba de ver el mismo producto en otra superficie, pero mucho más barato, y lo que no sabe es que esos dos productos no tienen nada que ver. La diferencia es abismal. Más allá del sabor, la textura y los nutrientes, con un certificado ecológico tú sabes que lo que estás tomando no lleva ningún tipo de pesticidas ni añadidos químicos, aunque a simple vista no pueda parecer tan atractivo. Pero si buscas calidad, es que no hay color”.

García reconoce que el hecho de trabajar en una franquicia permite trabajar con precios más competitivos que otras tiendas locales, pero confía en que esta barrera del precio desaparezca con los años. “Creo que es cuestión de tiempo que estas tendencias más asentadas y aceptadas en el norte de Europa cojan fuerza en La Rioja y en España en general, desde donde sale gran parte de la producción en ecológico. Llegará el día en el que en las grandes superficies ya no haya solo un pequeño espacio con la sección de alimentos ‘eco’ y ojalá este tipo de alimentos lleguen a superar a los convencionales. Pero eso deberá ir de la mano con una regulación de los precios porque no todos los bolsillos están adaptados a estos costes”.

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