La Fundación Tutelar de La Rioja ha atendido a un total de 656 personas en 2021, de los que 437 eran mayores de edad con una enfermedad mental grave, demencia o deterioro cognitivo, una patología dual o discapacidad intelectual, y 219 eran menores de edad.
La directora general de Dependencia, Discapacidad y Mayores, Carmen Benito; y la gerente de la Fundación, Amaya Domínguez, han presentado, este viernes, en una rueda informativa, el balance de la actividad de la Fundación Tutelar de La Rioja. Benito ha explicado que el objetivo de la fundación es dar respuesta a la necesidad de protección de personas mayores incapacitadas judicialmente que “residen en La Rioja y no cuentan con familiares u otras personas que se hagan cargo de su tutela”.
Otra de sus tareas, ha indicado, es ejercer todas las funciones que determine la autoridad judicial en medidas provisionales de defensa y protección de personas con discapacidad, deterioro cognitivo o demencias, “ofreciendo una atención especializada y permanente a esas personas con discapacidad que precisan de apoyo en el ejercicio de su capacidad jurídica”.
En este sentido, Domínguez ha informado que la fundación ha atendido a un total de 656 personas en 2021, de las que 437 eran mayores de edad y 219 menores tutelados por la propia fundación. Los expedientes activos, ha señalado, fueron 558, de los que 223 responden a tutelas, 43 a curatelas, 111 a medidas provisionales y defensas judiciales, y 181 a menores.
Asimismo, ha informado que el 48 por ciento de las personas mayores de edad tenían una enfermedad mental grave, el 10 por ciento tiene una patología dual, es decir, “una enfermedad mental más una adicción”, el 22 por ciento presentan demencia o deterioro cognitivo, y el 15 por ciento tenía una discapacidad intelectual física, psíquica y sensorial del 5 por ciento.
Otro de los datos ofrecidos ha sido que el 56 por ciento han sido hombres, entre los que franja de edad mayoritaria oscilaba entre los 41 y 64 años; y el 44 por ciento eran mujeres, con una franja mayoritaria de edad que iba desde los 65 a los 85 años.
Ha añadido que el 74 por ciento vivían en centros de la tercera edad, de discapacidad o salud mental, y el 26 por ciento en domicilios; y que el 98 por ciento recibían algún tipo de prestación económica, mientras que el 2 por ciento cobraban alguna nomina, no recibían ingresos o eran autónomos.
Por otra parte, Benito ha explicado que la actuación de la fundación se centra en la atención a personas con discapacidad desde dos dimensiones, la personal y la patrimonial. La dimensión personal, ha detallado, atiende sus necesidades reales, como las familiares, sociales, de vivienda, económica, trabajo o de ocio, mediante “la realización de un seguimiento de la persona procurando la mejora de la calidad de vida y velando por el respeto de sus derechos”.
Ha añadido que la dimensión patrimonial se centra en administrar los bienes y gestionar de manera individualizada los patrimonios de las personas con disparidad y buscar recursos para “garantizar su mejor bienestar”.
Otra de las labores es llevar a cabo la administración de los bienes e los menores tutelados por la comunidad autónoma de La Rioja, como las prestaciones que pueden tener en materia de orfandad, si tiene algún patrimonio o la cuenta bancaria.
Por otro lado, la directora general ha destacado que la asignación económica de 2022 ha aumentado un 18,27% respecto a 2021, ya que “ahora tiene un presupuesto de 1.094.000 euros, en comparación con los 925.000 euros del año pasado”.
“55.800 euros irán destinados a dar continuidad a la contratación de un trabajador subalterno, un educador social y un ayudante de asesoría jurídica; y 80.000 euros para para el incremento de programas específicos de tutela y atención a necesidades de alojamientos alternativos”, ha detallado.
