La Rioja

La fiscal cree que la madre de Carolina la mató por “odio y rencor” al padre

La fiscal cree que la madre de Carolina la mató por “resentimiento” al padre

FOTO: Abel Alonso

La fiscal, quien mantiene la pena de prisión permanente revisable para la acusada de asesinar a su hija de 5 años en un hotel de Logroño, ha asegurado este jueves en el juicio que la mató por “resentimiento, odio y rencor” hacia el padre, porque no soportaba que él tuviera la custodia de la niña; y por ello “ideó dar muerte a la pequeña y, después, suicidarse”.

Durante la última vista del juicio con tribunal popular que comenzó el pasado 31 de enero en la Audiencia Provincial de Logroño, la representante del Ministerio Público ha presentado su informe de conclusiones, en el que ha asegurado que el asesinato, ocurrido en enero de 2020, se cometió con alevosía y la agravante de parentesco. Ha relatado que la acusada es “coautora” del asesinato de la niña junto a la abuela materna, porque hubo un “acuerdo previo” para “dar muerte a la menor”, mediante “un plan previamente convenido, planificado y concertado” entre ambas.

Así, ha constatado que la acusada y su madre dejaron varias cartas de despedida y sus teléfonos móviles escondidos en su domicilio de Haro, antes de alojarse en un hotel de Logroño el domingo 26 de enero de 2020 por la mañana.

La madre de la procesada, quien “se vio estafada y no era capaz de recuperar el dinero perdido, también decidió suicidarse”, ha asegurado la fiscal, y ha recordado que su cuerpo apareció ahogado en el río Ebro junto a la plaza de toros de la capital riojana el martes 28 de enero. “En la habitación del hotel suministraron el medicamento Noctamid a Carolina y la dejaron sedada sin posibilidad de defensa. Con las manos o la almohada, taparon sus orificios nasales y la boca, impidiendo que pudiera respirar, y la ahogaron”, ha relatado.

Según los datos revelados por los médicos forenses que realizaron la autopsia, la niña estaba “profundamente sedada”, ha indicado, ya que se le había administrado un somnífero en cantidades similares a las que toma un adulto. “Es indiferente quién apretó la nariz (a la niña), estando su madre presente, como garante de su protección, no lo evitó y lo consintió, porque lo tenía planificado, quería la muerte de su hija”, ha añadido.

La fiscal ha desmontado la versión de la acusada sobre la muerte de la niña, ya que culpa a la abuela materna y sostiene que ella se quedó dormida en la cama con Carolina, sintió unos cortes en las muñecas y despertó en la bañera llena de sangre y descubrió que la pequeña había fallecido. “¿Qué madre se despierta en la bañera, ve lo que hay en la habitación y no se pone a gritar como una loca pidiendo auxilio?”, se ha preguntado.

Según los forenses, ha subrayado, es “imposible” que perdiese el conocimiento por la pérdida de sangre porque los cortes no eran profundos, se los pudo hacer ella misma y no había restos de arrastre de agua o sangre por la habitación. La autoría de los cortes no está clara, ha matizado la fiscal, pero fueron con la voluntad de la procesada y no se hicieron mientras estaba dormida.

También ha incidido en las “contradicciones” de la procesada en sus declaraciones espontáneas ante la Policía Nacional y cuando ya compareció como detenida como presunta autora del asesinato, cuando dijo a los agentes que “no le sorprendía” su detención. Ha recordado que los psiquiatras que atendieron a la encausada declararon que “sabía y conocía lo que hacía” y que no padecía ninguna enfermedad mental, solo un trastorno adaptativo por no asumir que no tenía la custodia de la niña.

A su juicio, las cartas manuscritas que la acusada y su madre dejaron para sus familiares y amigos son “la crónica de una muerte anunciada”, porque anticipan “lo que va a pasar”. En este sentido, sobre los escritos de la acusada, ha recalcado que, “literalmente, son cartas de despedida de una persona que se va a suicidar y se va a llevar a su hija con ella, porque es suya”; no son cartas en los que exprese sus sentimientos o pensamientos, como justificó la procesada en su declaración.

Además, ha explicado a los miembros del jurado que la prisión permanente revisable no es sinónimo de cadena perpetua, ya que cuando la acusada -si es condenada- cumpla la pena mínima que estable la ley, podrá salir de la cárcel si se revisa su condena, para lo que ha pedido libertad vigilada durante diez años.

“La acusada planeó, ideó, organizó y coordinó matar a Carolina, y lo hizo”, ha concluido en su intervención la fiscal, quien ha pedido a los miembros del jurado que “hagan justicia”.

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