El obispo electo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Santos Montoya Torres, se ha comprometido este miércoles a “escuchar, atender la realidad de la gente y estar cerca detodos, tanto sacerdotes y vida consagrada, como de los laicos, las familias y las administraciones” en su nuevo cargo.
Montoya Torres ha ofrecido una rueda de prensa telemática desde la Archidiócesis madrileña, acompañado por el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro.
El nuevo obispo de la Diócesis riojana, quien tomará posesión el próximo 5 de marzo en la catedral de Calahorrra, sustituirá a Carlos Escribano, quien fue nombrado, en octubre de 2020, arzobispo de Zaragoza.
Tras ejercer cuatro años como obispo auxiliar de la Archidiócesis de Madrid, Montoya Torres (La Solana, Ciudad Real, 1966) ha transmitido su deseo de “fraternidad y colaboración” al frente de una Diócesis “viva, que funciona bien”, en conjunción “con la idea de la sinoladidad”.
Ha agradecido su nombramiento, que conoció durante la pasada Navidad y que asume con el reto de abordar la crisis en los ámbitos religiosos, la falta de vocaciones y la identidad de las familias.
Además, ha prometido trabajar con “creyentes de otras religiones y con los no creyentes”, porque en “una sociedad plural se debe estar al tanto de las circunstancias”, con el deseo de “colaborar juntos y tender manos”.
En relación a su etapa como arzobispo auxiliar de la Archidiócesis de Madrid, que asumió en diciembre de 2017, ha ensalzado su “experiencia” para desempeñar ahora el cargo de obispo porque le ha aportado “una visión general y de conjunto” para enriquecer “una realidad concreta”.
Ha valorado su trabajo pastoral, que le ha permitido hablar personalmente con sacerdotes y comprobar que hay “un buen clero en Madrid, que trabaja y evangeliza bien”.
En cuanto a la realidad social actual, ha reconocido que “ha habido otros momentos en los que se ha tenido en más estima lo religioso. Ahora lo religioso está más en crisis, por lo que habrá que sacarlo brillo”.
Por su parte, Osoro ha reconocido la “entrega, trabajo y fidelidad” demostradas por Montoya en su etapa como obispo auxiliar de Madrid, que le ha preparado para ejercer su nueva etapa en una Diócesis “próspera, con mucha historia, que tiene tres catedrales, y mucha riqueza”, por lo que “hay necesidad de una presencia viva”.
“No es un desconocido”, ha asegurado en alusión al trabajo desarrollado en varias parroquias y otros cargos, en las que obispo electo se caracterizó por “resolver los problemas de fondo, no quedarse en la superficie y practicar el activismo”.
