La Rioja

El Puente Mantible, bajo vigilancia especial, resiste al pulso del Ebro

Desde que hace prácticamente un año Logroño perdiera parcialmente uno de sus elementos patrimoniales más señeros, la estabilidad del Puente Mantible es una de las mayores preocupaciones en la capital riojana cada vez que la naturaleza desata su furia.

Por ello, el puente de origen romano para algunos (medieval para otros) se encuentra bajo una vigilancia especial ante la crecida del Ebro, que este fin de semana arrastra casi un millón y medio de litros por segundo a su paso por la capital riojana.

Según han trasladado técnicos municipales a NueveCuatroUno, la estructura del puente (que perdió uno de sus arcos el pasado mes de enero) resiste “sin problema”, así como la estructura recientemente instalada para ejecutar las obras de reconstrucción del arco desaparecido, anclada a una profundidad de un metro y medio bajo el lecho del río.

Respecto a la pila dos, también supera con nota la resistencia a las acometidas del Ebro, gracias a las labores de recalce desarrolladas hace un mes para asegurar su estabilidad. Además, los técnicos han tapado la oquedad subacuática de la estructura, lo que también explica su firmeza ante la riada.

Llamada a la precaución y daños por las lluvias

Pese a todo, el Ayuntamiento ha emitido este sábado un llamamiento a que los ciudadanos que se están acercando al entorno de la estructura extremen las precauciones, evitando aproximarse a las orillas del río.

Asimismo, las intensas lluvias caídas en los últimos días sobre la capital riojana ha provocado desprendimientos en el Camino de la Plana, junto al monte del Rincón (en el barrio de El Cortijo). En la jornada de este viernes, aunque en Cascajos, otra tapia se vino abajo a la altura del número 30 de la calle Piqueras, obligando a los Bomberos a asegurar el perímetro.

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