Apenas un día para que comience el nuevo curso en La Rioja. Desde la pasada semana, los colegios ya están inmersos en el trabajo de organización de los centros, un nuevo curso que, aunque en cuestión de protocolos sanitarios será similar (sólo cambia, de momento, la distancia interpersonal en las aulas), no lo será en sensaciones.
El proceso de vacunación tranquiliza a los centros educativos porque si sólo hay un 28,4 por ciento de los jóvenes entre 12 y 19 años inmunizados, el dato da la vuelta si nos fijamos en las primeras dosis que se han puesto en este grupo de edad. Es un 73,6 por ciento de estos chavales los que ya han recibido el primer pinchazo en La Rioja.
“Empezamos el curso en una situación diferente que el año pasado por estas fechas por varios motivos; primero por la experiencia del año pasado que fue muy satisfactoria; porque en Secundaria y Bachillerato van a ser ya muchos los alumnos que estén vacunados y porque el entorno de los más pequeños también lo va a estar”, explica Maria Victoria López, directora del colegio Santa Teresa en Calahorra.
A la espera de las decisiones que se tomen con respecto a la vacunación entre los más pequeños, está segura de que si se aprueba la misma se podría hacer en cuestión de semanas. “Si los niños terminan siendo vacunados, en los colegios se puede hacer de forma muy eficaz y rápida, como se hace todos los años con otro tipo de vacunas”, comenta.
Cristina Soberano, jefa de Estudios del colegio San Andrés, habla en el mismo sentido. “En nuestro caso estamos preocupados por ver cuándo y de qué manera se va a poder vacunar a los más pequeños”, y espera que igual que se hace con la varicela u otras enfermedades, con el COVID se haga en los propios centros escolares. “Para nosotros sería mucho más eficaz para que en el mismo día todo el colegio pudiese estar inmunizado”, explicaba.
Para ella el inicio del curso tampoco tiene nada que ver con el del año pasado. “Llevamos dos días con un montón de papeles encima de la mesa sobre el tema sanitario, pero las sensaciones son distintas especialmente por la experiencia del año pasado, en la que demostramos que los coles eran seguros y que los chavales se contagiaban fuera de las aulas. Además parece que dentro del grupo burbuja los niños van a poder tener un poco más de socialización, que les viene muy bien después del curso tan difícil que fue el año pasado en ese sentido”, explica.
Los protocolos van a ser muy similares a los del curso anterior. Todos están marcados por un Plan de Contingencia que toma como punto de partida el texto en vigor el pasado curso y también la experiencia adquirida a partir de su desarrollo y puesta en práctica, con lo que se logró el desarrollo en condiciones de práctica normalidad del curso, y una incidencia muy contenida del virus, que sólo registró casos en el 6,32 por ciento de la población escolar y jamás llegó al 1 por ciento de los casos activos; unos hitos alcanzados también gracias a la implicación de toda la comunidad educativa.
Sobre esa base, el nuevo Plan se adapta a una situación que se juzga más favorable de partida, con el personal docente ya vacunado en su totalidad y la previsión de completar la pauta en los tramos de mayor edad del alumnado. No obstante, mantiene la flexibilidad necesaria para adaptarse a una situación sanitaria más compleja si llega a darse.
Uno de los cambios que se pueden dar en próximas fechas radica en las actividades de los más pequeños al aire libre, es decir, en los recreos. Si el pasado curso los pequeños tenían que jugar en los patios sólo con su grupo estable, es más que probable que a lo largo del primer trimestre puedan hacerlo con niños de su mismo ciclo. De momento, la propuesta de Educación es empezar con la sectorización del año pasado e ir poco a poco flexibilizando ese tipo de actividades.
También en principio deberían cambiar los protocolos de confinamientos en personas vacunadas ya que, en estos momentos, ser contacto estrecho no es sinónimo de confinamiento si la persona está vacunada. Algo que supondrá que los chavales vacunados no tengan que quedarse en casa si han estado en contacto con un positivo siempre que su PCR sea negativa.
Será un curso en el que los protocolos vayan cambiando dependiendo de la situación sanitaria. Si la situación sigue mejorando las medidas se irán estudiando y flexibilizando trimestre a trimestre.
