La pandemia del COVID-19 ha provocado muchos efectos adversos en la sociedad. Son muchos los sectores y grupos duramente afectados por la crisis derivada de esta, y los jóvenes integran uno de los más azotados.
Sus planes de futuro se han visto truncados, la vida que conocían hasta ahora y la forma de socializar en ella ha sido modificada repentinamente, lo que está provocando otros dilemas dentro de la crisis sanitaria en la que nos encontramos. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de personas de entre 16 y 34 años paradas ha aumentado en el último trimestre hasta los 8.100 desempleados y la precariedad laboral sigue estando a la orden del día.
El director general de Juventud, Paco Rivero, asegura que «entre las principales preocupaciones de este sector de la sociedad esta la gestión emocional, junto con el empleo y la emancipación».
La incertidumbre sobre el futuro también son alguno de los motivos que provocan la inestabilidad en la juventud riojana. «Antes del desarrollo de la pandemia ya existían estudios que aseguraban que más del 80 por ciento de los empleos en 12 años no se iban a realizar de la misma forma o incluso terminarán por desaparecer», expresa Rivero.
En este entorno cambiante que nos depara el futuro y que terminarán liderando los jóvenes de hoy en día, Rivero afirma que «necesitamos personas flexibles, empáticas, con alta inteligencia emocional para poder gestionar sus emociones y las de los demás. Liderar de otra manera para enfrentarse a los nuevos modelos que nos enfrentamos y la conciencia con el medio ambiente, también serán factores importantes”.
Para dar respuesta a estos problemas, el director general de Juventud confirma que desde el Gobierno de La Rioja, junto con entidades públicas y privadas, “se está trabajando para mejorar todo lo que tiene que ver con el estado emocional de los jóvenes, el paro y la emancipación”.
Rivero corrobora que para encontrar soluciones se ha de tener en cuenta «que estamos en un momento de la historia en el que estamos acompañando a los jóvenes a un lugar donde no hemos estado, el futuro». Para enfrentarse a ello es importante que los jóvenes «desarrollen habilidades blandas para poder empoderar a la persona tanto a nivel de formación técnica como a nivel emocional. Esto les ayudará a gestionar cada vez mejor todas las situaciones derivadas de la pandemia», subraya el director general.
Los datos de la emancipación tenían un objetivo en 2021: reducir hasta los 28 años la edad media con la que la juventud abandonaban el hogar de sus padres. Pero, según indica Rivero, «los datos actuales son totalmente distintos a los que se disponía antes de la pandemia». Por ello, las entidades se han tenido que adaptar a la nueva situación pero continuando con el propósito de rebajar continuamente la edad de independización.
El Instituto Riojano de la Juventud dispone del servicio ‘Vuela’, un espacio virtual y físico para jóvenes que buscan emanciparse. «Cada individuo tienen una forma de emanciparse y para la ayuda personal está este servicio que se desarrolla con la ayuda de dos trabajadores sociales», aclara Rivero.
Además, el Consejo de Juventud de Calahorra también ha puesto en marcha recientemente un plan de emancipación con el que pretende ayudar a los jóvenes a lograr su objetivo. “A nivel general somos conocedores de que existe interés; además, con el golpe de la pandemia saber que existe una ayuda para la independización ofrece esperanza”, apuntan.
Problemas laborales
Un estudio realizado por la Fundación Pioneros ha confirmado que durante el confinamiento el 22,8 por ciento de la juventud riojana había perdido su empleo de manera definitiva. El 27,8 por ciento entró en situación de ERTE. El 12,2 por ciento ha retrasado sus proyectos laborales y el 9,4 señalaba una demora en sus proyectos de mejora de empleo.
José Manuel Valenzuela, coordinador técnico del proyecto de la Fundación Pioneros, ha añadido que la imposibilidad de encontrar empleo por parte de los jóvenes esta provocando que «gran parte de ellos vivan unos periodos inestables. Muchos expresan que, como no saben cuánto tiempo va a durar esta situación y el miedo a una posible nueva ola, ha creado una situación de incertidumbre».
A pesar de todo esto, el comportamiento de la mayoría de jóvenes durante la pandemia esta siendo ejemplar, pero gran parte de este grupo social está sufriendo con la situación a pesar de que en ocasiones se sienten estigmatizados por el resto de la sociedad.
Las intervenciones que realizan en la Fundación Pioneros junto a los jóvenes les ha ayudado a conocer mejor la situación y lo que este grupo piensa. “Es cierto que a toda incertidumbre que la propia edad te da simplemente por el hecho evolutivo, se aumenta por este impacto emocional. La salud mental va a ser la segunda pandemia y lo aseveran importantes estudios”, valora Valenzuela.
Para que estos jóvenes dispongan de una buena salud mental una de las principales armas radica en la socialización de estos. El coordinador técnico recuerda que “ellos también están pasando por unas circunstancias que hay que abordar. Con el desarrollo evolutivo, la juventud necesita socializar. No para pasarlo bien o divertirse, necesitan hacerlo para desarrollarse psicológicamente. Si no se hace se pueden arrastrar problemas más adelante y más graves”.
A la socialización de estos se le está dando poca importancia. En Pioneros reiteran en que están viendo cómo esta población necesita dejar a un lado los móviles, ser escuchados y retomar la relaciones humanas y cercanas.
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