Entrevista

“No hemos tenido tiempo para la reflexión y el acuerdo”

La reforma de la Atención Primaria ha supuesto otro “quebradero de cabeza” para la consejera de Salud, Sara Alba, en las últimas semanas. Reformas y rectificaciones en medio de las protestas de los profesionales y de los alcaldes de algunos de los municipios afectados.

– La Primaria llegó ya tensionada a la pandemia. Durante la pandemia silenciaron sus protestas y en cuanto esta cedió volvieron las quejas. ¿Era el momento de presentar un plan sin haber hablado antes con los actores implicados?

– En política se está para cambiar y mejorar las cosas; para resolver aquello que no funciona. Llegamos y teníamos que cumplir nuestro contrato con los riojanos y además atender a una pandemia. El manejo de los tiempos tiene otro valor en estas situaciones y a veces hay que tomar decisiones y ser valiente. Es verdad que es posible que nosotros hayamos ido a una velocidad y ahí nos dimos cuenta de que la sociedad no iba a la misma. No hemos tenido tiempo para la reflexión, para el acuerdo… y para darle la vuelta al sistema hace falta dedicar tiempo a esas cosas: al diálogo, a la conversación, al acuerdo… y nosotros no lo hemos tenido. Tenemos un problema estructural que no se resuelve en dos minutos. Todas las comunidades buscamos lo mismo: profesionales, y nos hacemos competencia entre unas y otras, pero no hay sanitarios. Nos podíamos haber quedados lamentándonos o haber buscado una solución, que es en lo que estábamos.

– ¿Y hay solución?

– La Estrategia Nacional de Atención Primaria aprobada en abril de 2019 ha vuelto a entrar en la agenda de la Interterritorial a petición de esta consejera hace dos semanas y ya empezamos a hablar de crear un marco nacional de Atención Primaria.

– ¿Se sintió desautorizada por la presidenta cuando fue pueblo por pueblo echando atrás el plan en el que ustedes había trabajado? ¿Las decisiones políticas le ganaron ahí el pulso a las decisiones sanitarias?

– No nos sentimos deslegitimados, más aún nos sentimos apoyados por ella. Gracias a su intervención estamos donde estamos. Ella en primera persona nos apoyó desde el primer momento. También es verdad que la presidenta apostó por dar la cara, intentar convencer. No creo que corregir sea un defecto sino una virtud, aunque seguimos pensando que nuestro plan es válido. Propusimos una solución y seguiremos proponiendo otras. Hay que tener en cuenta que hay que poner de acuerdo a casi 300 personas que componen el personal de Atención Primaria, personas que no piensan lo mismo.

Además hay que hacerlo en el entorno urbano y rural, y además los alcaldes viven esto como una cuestión política, y además hacerlo con los efectivos que tenemos. Agítese y sírvase frío. Además hay unos intereses políticos muy potentes que quieren hacer ruido con cualquier cosa. Porque los que han sido responsables de ponernos en esta situación ahora cogen pancartas y azuzan a la gente, que no se cómo no se les cae la cara de vergüenza. Y todo esto con una fatiga increíble de la población y del personal sanitario en mitad de una pandemia.

– ¿El objetivo es que empiece a mejorar el sistema sanitario en 2022?

– Yo, que vengo de un movimiento juvenil muy potente, sé que lo importante no es el destino, sino el camino. No sólo es cuestión de hacia dónde queremos llevarla, sino cómo caminamos para llegar. Tenemos un compromiso político de hacer una sanidad publica fuerte y hemos cumplido uno a uno todos nuestros compromisos mientras atendíamos una pandemia. Hemos internalizado Cardiología, llevamos ocho operaciones con éxito demostrando que se podía hacer; hemos devuelto Radiología al sistema público del que nunca tuvo que salir; las operaciones de cataratas, las Urgencias Pediátricas, hemos dotado de camas UCI cuando no llegábamos ni a la media nacional antes de la pandemia… Hemos trabajado como hormiguitas silenciosas.

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