El Rioja

Manos a la viña: “Los que no aplicaron tratamientos preventivos tienen un problema”

Momentos determinantes para el agro riojano donde fluctúan sentimientos de sosiego y nerviosismo después de la aparición de las primeras manchas de mildiu en racimos de San Asensio y Zarratón. Atrás queda una primavera climatológicamente tranquila, con pocas precipitaciones, separadas en el tiempo y un cierzo favorable.

“Ahora hay dos escenarios. Están aquellos agricultores que ya aplicaron un tratamiento preventivo con materias sistémicas contra el mildiu antes de las tormentas, y que por tanto pueden estar tranquilos, y los que no lo hicieron porque antes no había riesgo de una contaminación primaria. Estos últimos sí tienen un problema porque estas lluvias impiden todavía entrar en muchos viñedos que permanecen encharcados. Para cuando puedan hacerlo tendrán que aplicar unos tratamientos curativos y, además, las previsiones meteorológicas auguran más precipitaciones”, apunta el técnico agrónomo José Antonio Pérez de la empresa de productos fitosanitarios y agroquímicos Martínez Carra.

Es hora de echar las manos a la viña y no descuidarse ante un caldo de cultivo que aúna unos viñedos ya en flor en muchas zonas de La Rioja, el momento de más sensibilidad fitopatológica de la vid. “Además, venimos de un nivel de inóculo bastante alto en las parcelas con oosporas del año pasado, cuando el mildiu campó a sus anchas en muchas zonas”, añade.

Pérez asegura que por el momento “no hay síntomas de las primeras contaminaciones”, los cuales se comenzarán a apreciar a partir de la próxima semana: “Ese será el momento que marque las actuaciones en el campo y creo que ahí sí veremos mildiu en bastantes zonas, puede que también mildiu larvado en muchos casos”. Ahí ya no servirán de nada los tratamientos preventivos, sino que deberán ser erradicativos.

“El mildiu se conoce más en las zonas de La Rioja Alta donde suele atacar de manera más habitual, pero en La Rioja Baja por ejemplo la gente a veces no sabe controlarlo bien y el daño que provoca es muy cuantioso, y más si ataca directamente al racimo”, explica el ingeniero agrónomo mientras el teléfono no deja de sonar. “La gente está continuamente demandando información y preguntando sobre las materias activas que deben usar, mientras que nosotros estamos esperando unos días a ver cómo evoluciona para recomendar unos tratamientos u otros con el fin de mirar un poco por su cartera”.

No labrar es otra recomendación importante que desde la Sección de Protección de Cultivos recalca José Luis Ramos para “evitar sacar al exterior las esporas presentes en las hojas enterradas del año anterior y provocar nuevas contaminaciones”. Ahora entra en juego la optimización de los tratamientos para evitar manos innecesarias de fungicidas y conseguir a su vez un ahorro económico para el viticultor, tal como indican desde la Consejería de Agricultura a través del Boletín de Avisos Fitosanitarios.

Junto al mildiu, el oídio comienza a asomar la cabeza en algunos puntos de la geografía riojana. Focos iniciales de una enfermedad endémica de la región hacia los que se ha de actuar también en los momentos oportunos, concretamente en el periodo comprendido entre el comienzo de la floración y el engorde del grano.

Para este caso, el técnico de Martínez Carra apunta que el riesgo no es tan elevado como con el mildiu: “Estamos en un nivel bastante elevado de germinación de arcoesporas y además veníamos de una primavera un poco peculiar que parecía no arrancar, con días de calor y luego días de frío y mañanas frescas, condiciones propicias para el oídio. Sin embargo, este no nos preocupa tanto como el mildiu porque ya se ha convertido en una enfermedad endémica del viñedo y el agricultor sabe controlarla bien”.

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