La Rioja

Los tesoros de la antigua Calagurris asoman en la nueva Calahorra

Los tesoros de la antigua Calagurris asoman en la nueva Calahorra

Calahorra vive desde hace semanas una de sus épocas doradas en cuanto a la consolidación de sus restos arqueológicos. En estos momentos son tres los puntos claves en los que se está trabajando para poder realizar una afirmación de estas características.

Una de ellas es la calle Eras. Se sabía que en el momento en el que se comenzaran las obras en una de las arterias principales de entrada del Casco Antiguo iban a encontrarse restos romanos. Cercana al yacimiento de La Clínica, durante el proceso de las obras han ido apareciendo diferentes piezas dignas de conservar. Así, al menos, lo ha entendido el ayuntamiento. El consistorio ha apostado de forma decidida por la recuperación de todo lo que va apareciendo bajo tierra en esta vía calagurritana. Primero fue una canalización romana. El pasado mes de diciembre se tomaba la decisión de conservar el canal aparecido durante las obras.

Fue un proceso complejo. La estructura era un canal de desagüe construido con opus caementicum (hormigón romano), cuyo tamaño impedía su extracción en un solo bloque. Por ello, se contó con una empresa especializada en cantería y restauración de piedra que disponía de los conocimientos y herramientas adecuadas para la realización de los cortes de la pieza a extraer.

Pero la calle aún tenía muchas más sorpresas que dar. Así, un poco más adelante, justo en uno de los cruces, apareció parte de uno de los dos complejos termales que tenía la ciudad en tiempos de los romanos. Uno estaba ubicado precisamente en esta calle. Resulta todo un espectáculo acercarse a la vía y ver todo lo que ha aparecido.

Teresa Angulo, responsable de los trabajos arqueológicos, ha explicado que tienen origen a mediados del siglo primero y que estuvieron en uso hasta mediados del siglo tercero. Se cree también que hubo una piscina de agua templada de unos seis metros de longitud. Eran unas termas de envergadura que ocupaban aproximadamente 640 metros cuadrados. Un ejemplo de la importancia que Calagurris tuvo para los romanos. Una ciudad que hicieron suya en el año 30 antes de Cristo.

No era fácil tomar una decisión sobre lo encontrado en la calle. Primero por la importancia de la zona y la imposibilidad de dejar los restos para que fuesen visibles donde se han encontrado. Segundo, por las limitaciones que ofrece la calle para extraerlos. “Pero dejarlos suponía tener que destrozar lo encontrado”, explica el concejal Antonio León. “Justo una de las tuberías debe pasar por los restos encontrados”, asegura después de haber estudiado el resto de posibilidades. Por todo ello, el ayuntamiento ha decidido que, a pesar de la dificultad, sacará los restos para exponerlos en otro lugar.

Concretamente son cinco alineaciones de muros dispuestos en paralelo y con orientación norte-sur, lo que supone una desviación en unos 70 grados respecto a la línea de fachadas de la calle Eras. Es decir, presentan una traza completamente diferente al actual viario. Los muros están realizados con hormigón romano, pero los restos arqueológicos se encuentran muy afectados por las obras previas, de forma que cada muro presenta entre dos y tres fragmentos, por lo que el Ayuntamiento de Calahorra ha optado por proceder a la extracción de los tramos necesarios para el cruce de las acometidas en lugar de destruirlos. “Era una cosa o la otra”.

Posteriormente, se podrá proceder a su reconstrucción y reubicación para poder exponerse al público como la opción más «realista, equilibrada y respetuosa» con la historia de la ciudad. La idea para la zona pasa por el marcado de los mismos en el pavimento final de la calle Eras y la colocación en el entorno un cartel explicativo de este yacimiento arqueológico utilizando ortofotos.

Los restos han sido catalogados y podrán formar parte de un estudio posterior que conecte con otras investigaciones existentes sobre la zona y que pueda favorecer que la ciudadanía conozca mejor y de primera mano la importancia de los restos hallados en la calle Eras.

Un puente medieval; un descubrimiento histórico.

Y si el final de unas obras dieron un resultado arqueológico tan magnífico, el inicio de otras no fue para menos. Las obras de la calle Arrabal llevan consigo también la reforma de las conexiones de calles adyacentes como es la calle Hospital. Allí se ha encontrado el arranque del primer arco de un puente medieval.

El arqueólogo David Eguizabal explica los entresijos de este descubrimiento. “Sabíamos que aquí había un puente de entrada a la ciudad”, cuenta. Aunque no había restos de ello (a excepción de un machón que está en la zona de huertas), había mucha documentación histórica sobre él. Aún así, la información histórica es bastante precisa”, va detallando. “Se habla de que el puente tenía siete ojos y que medía aproximadamente 50 metros de longitud. Era una de las entradas más importantes de la ciudad porque era el único paso que hubo para cruzar el Cidacos durante muchos siglos y la principal puerta de entrada para las gentes que venían de otros reinos, especialmente de Navarra y de Aragón”, cuenta.

Incluso es posible que coincidiera con uno de los accesos romanos, ya que justamente por ahí pasaba una de las principales calzadas romanas. Y es que todo se remite a Roma en Calahorra.

“Este puente estuvo en funcionamiento hasta hace unos 150 años, parece ser que hasta que entró en funcionamiento el puente de hierro de la catedral”, explica. Entonces éste se abandonó y se desmontó para reutilizar la piedra. “Es importante porque lo que ha quedado a nivel material es una parte muy amplia que incluye además del propio ojo del puente, sino también una zona adelantada que forma parte del conjunto y que podría ser una manguardia”, comenta. Se trata de un elemento arquitectónico que añade en los arranques del puente para reforzar la protección del puente con respecto a las avenidas del río Cidacos. “Así se evitaba que en caso de desbordamiento la fuerza del agua chocara directamente con el puente. Tiene un pavimento empedrado que va bajando que también podría servir para sacar el agua sucia de la ciudad hacia el río”.

Lo mejor de este descubrimiento es que podrá mantenerse por su ubicación, ya que se ha encontrado en una zona de aparcamiento que existía en la actualidad.

Los restos se encontraban prácticamente a ras del suelo. “La parte más alta estaban justo debajo de la solera”, cuenta Eguizábal. Hay una circunstancia histórica que ha permitido que esta parte del puente se haya salvado. Y es que, “hasta hace un par de décadas, había una casa que estaba justo construida encima del puente. Es más, los restos del puente habían sido los cimientos de la casa. Al estar la vivienda encima, nadie tenía constancia de su existencia, pero a la vez lo ha protegido del paso de los años”, cuenta. Una casualidad histórica que permite ahora disfrutar de los restos encontrados que se irán consolidando poco a poco. Pronto cualquiera se podrá hacer una idea de las dimensiones que tenía semejante puente.

Las cloacas: un lugar donde poder seguir trabajando

El tercer punto en el que los restos romanos han seguido aflorando estos días han sido las cloacas romanas de la ciudad. ‘Amigos de la Historia’ ya había trabajado en ellas hace décadas, pero llevan sin ser visibles para el público general desde entonces. En unas nuevas excavaciones financiadas por la asociación, por sus mecenas y por el consistorio calagurritano. Si la primera idea era poder encontrar algún tipo de material en los diez metros nuevos que se han excavado, la sorpresa para todos ha sido descubrir que hay una nueva cloaca en el entorno.

Se trata de una cloaca posterior a la que ya se conocía. Y aunque a partir de ahora habrá que determinar la época, lo que es seguro es que también la construyeron en la época de la antigua Calagurris. “Va dirección norte sur, es un descubrimiento importante porque nos puede dar pistas sobre como era el callejero de la ciudad ya que normalmente este tipo de cloacas discurría por las calles del municipio y es una pista para acercarnos a ese callejero romano”, decía José Luis Cinca de ‘Amigos de la Historia’. “Creemos que ha sido un primer paso que puede dar pie a otros muchos pasos porque esto demuestra que queda mucho trabajo”.

Cinca es optimista con respecto a los que se puede encontrar en esta zona. “Cuando se inicien las obras del solar que hay encima de las cloacas  nos podemos encontrar con sorpresas ya que es un solar que aún está sin excavar”, cuenta. “Probablemente se pueda encontrar la bóveda de la cloaca”, asegura. Ellos van a intentar seguir planteando excavaciones en la cloaca tanto, en la nueva que se acaba de descubrir como en la que ya se conocía.

Asun Antoñanzas, arqueóloga encargada de la excavación, ratifica la importancia del descubrimiento. “Es un hallazgo importante para la arqueología romana de todo el país”, decía explicando que las cloacas consiguieron la mejora de la vida de los romanos. “El agua ya no corre por sus calles, con lo cual no tenían suciedades, no tenían enfermedades y supuso un avance más en las poblaciones romanas”, explica. Ahora les queda trabajo de laboratorio.

Además explica que desde el servicio de Patrimonio del Gobierno de La Rioja se va a realizar un escaneo de la cloaca y una documentación topográfica. De la segunda cloaca sólo se han excavado 80 centímetros. “Sólo para marcarlo, de momento, sabemos que es posterior porque se hace un agujero en la que ya conocíamos para empalmar ésta pero probablemente puede ser simplemente un poco posterior, es otra obra, otra forma de hacer la argamasa, es más bajita, aunque igual de ancha”.

Los trabajos no han sido fáciles. “La postura en la que hay que trabajar es muy complicada y a eso hay que añadir la humedad, ha habido que mover muchos kilos de tierra en una situación complicada”, detalla. Aún así la felicidad por parte de todos es máxima.

Tres trabajos que abren las puertas al conocimiento de la historia calagurritana. Un esfuerzo importante por conocer los orígenes de la ciudad en los tres puntos que tienen un objetivo similar: hacerlos visitables, una cuestión primordial no sólo para el casco antiguo de la ciudad, sino para Calahorra en su conjunto.

Subir