El Logroñés ha disputado este sábado su primera final (restan once) para conseguir la salvación en LaLiga Smartbank. Empate en Las Gaunas (1-1) frente a un rival directo, el Zaragoza, que en ningún momento ha sido superior a los blanquirrojos. La visita del presidente Félix Revuelta esta semana, que bautizó el choque como un “partido a sangre y fuego”, parece haber insuflado algún ánimo en el conjunto riojano. Pese a ponerse por delante en el marcador, se le vuelven a escapar los tres puntos y, al menos, no cosecha una nueva derrota.
El gol del Logroñés ha llegado cuando no se había cumplido el cuarto de hora de partido: un robo del siempre criticado Lander Olaetxea para Iñaki, un centro lateral al área y un cabezazo fuera de Paulino. Mientras se producía esta última acción, un pisotón de Jair a Nano Mesa (visto por el VAR) llevaba al colegiado González Esteban al punto de penalti. Y ahí no falla Andy. El dandy de Almuñécar es un seguro de vida desde los once metros. Balón a la red (séptimo de la temporada), saltito, beso al aire y abrazo colectivo para volver a creer a sangre y fuego. “¡Árbitro, la hora!”.
Y es que poco o nada de peligro han generado ambos equipos durante el resto de la primera parte. Lo más destacado, una tarjeta amarilla al doctor Chema Urraca en el banquillo del Logroñés como constatación de la tensión con la que vive la parroquia blanquirroja. Tras la reanudación, al cuarto de hora, el Zaragoza ha empatado la contienda gracias a un gol de Narváez. Todo pasión Zapater. El capitán maño ha llegado hasta la línea de fondo, Olaetxea no ha podido hacerse con la pelota y su centro ha ido directo hacia la bota del ariete colombiana en el corazón del área. Tac. Para dentro. 1-1. Vuelta a empezar.
Todas las dudas que ha tenido el conjunto visitante en la primera parte han pasado a los locales en la segunda. El Zaragoza ha ido encontrándose cada vez mejor sobre el césped de Las Gaunas y, pese a dejar espacios a los pupilos de Sergio Rodríguez, han ido tejiendo una tela de araña frente al área defendida por Rubén Miño. Gracias al meta catalán, el Logroñés ha aguantado el empate tras el tanto de Narváez. Cinco minutos más tarde, un pase de la muerte de Álex Alegría a Bermejo ha obligado a emplearse a fondo al portero blanquirrojo. Miedo. Nervios. Inseguridad. Las sonrisas se han convertido en muecas.
Muecas en el banquillo y muecas en el campo, aunque el Logroñés ha conseguido sobreponerse para seguir mostrando una mejor versión que la vista semanas atrás. De hecho, hasta el minuto 79 no ha hecho Sergio Rodríguez el primer cambio porque veía bien a su equipo: Nano Mesa (molestias físicas) por Leo Ruiz para darle al colombiano la oportunidad de reivindicarse, aunque poca pólvora quedaba ya en ambos equipos.
Buen punto sobre todo para los visitantes, ya que mantienen por debajo a un rival directo que sigue sin ganar desde el pasado 2 de enero en Las Gaunas al Mirandés (2-1). En el horizonte, el carrusel de Semana Santa con un partido el martes frente a la Ponferradina y una visita del Tenerife a Las Gaunas el próximo sábado. Semana de pasión, final de infarto en LaLiga Smartbank. Ya sólo restan once jornadas.
