Ya han comenzado los trabajos necesarios para la puesta en marcha de la nueva estación de autobuses de Logroño. El Ayuntamiento ha informado este lunes de que se han iniciado las labores correspondientes al suministro de instalaciones de control de accesos, megafonía y circuito cerrado de televisión. También se están realizando trabajos de cableados e instalación. Los trabajos tienen una duración prevista de tres meses.
El consistorio se ha marcado un plazo que podría demorarse hasta dos años para equipamiento y concesiones. “Sin correr, haciendo las cosas bien, podemos hacer una transición de la vieja estación a la nueva con solidez financiera”, explicaba el alcalde Pablo Hermoso de Mendoza en septiembre.
Y es que todavía queda pendiente la subestación eléctrica de Cascajos. El concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Jaime Caballero, presentaba el viernes el anteproyecto para la integración de la infraestructura en el entorno. Permanecerá en la misma ubicación aunque “compactada para su posterior soterrramiento”.
El edil de Desarrollo Urbano indicó que el coste de compactar la subestación para su posterior soterramiento ascenderá a 4,6 millones de euros. A esto hay que sumar otro millón de euros para la obra civil. Aunque el consistorio se ha resistido a hablar de “fechas concretas”, ha avanzado que los trabajos -una vez concluyan los trámites administrativos- se prolongarán por un periodo de tiempo de en torno a dos años.
