Crisis del Coronavirus

Mensajería y paquetería en pandemia: “Los repartidores también son superhéroes”

En situaciones difíciles, lo mejor es buscar aliados. Y, desde marzo, las horas y horas en casa hicieron que hasta el más escéptico encontrara en internet un nuevo compañero, y en las compras ‘online’ un nuevo universo.

La paquetería y mensajería, o también denominado ‘transporte de última milla’ se convirtió en nuestro enlace con el exterior y, gracias a estos servicios, la vida no terminó de pararse. En el momento de decretarse el estado de alarma surgieron las primeras dudas sobre cómo actuar, y el sector de la mensajería tuvo una bajada de hasta el 70 por ciento, tal y como señala Ramón Conde, responsable de NÁCEX Logroño. El miedo a lo desconocido duró lo que ‘duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks’ y “cuando la gente vio que la cosa iba para largo tuvo que recurrir a internet. No había otra opción. Pasamos de perder actividad a tener picos del 80 por ciento hacia arriba”, concreta Conde.

Así continuó la situación hasta junio. “Cuando nos volvieron a dejar salir, recuperamos los parámetros de trabajo normales aunque con un ligero repunte sobre el año anterior”. Un aumento que llegó después de que mucha gente se hubiera acostumbrado ya a la compra a través de la red. “Empezaron a ver el potencial de ese comercio y muchas empresas y pequeños negocios aprendieron a explotarlo”.

Fue llegar la vuelta al cole y la cosa estalló de nuevo. “Los meses de septiembre a diciembre dejaron récords absolutos de entregas. La prensa nos avisaba de que en Navidad llegaríamos a picos de incremento de hasta el 30 por ciento, pero en Logroño tuvimos días del 100 y 120 por ciento. Algo verdaderamente espectacular”.

¡Larga vida a los repartidores!

Ante una crisis, ya sea económica o sanitaria, siempre hay sectores que despuntan y otros que salen muy perjudicados. El de la paquetería y mensajería ha sido de los primeros. “La venta ‘online’ es la que está tirando para adelante y haciendo que el mundo no se pare, y nosotros somos imprescindibles para que funcione”.

Con todo, las restricciones sanitarias afectaron desde un primer momento el trabajo de los repartidores. “Nos pidieron que redujéramos al máximo el contacto con los clientes. Desde NÁCEX reaccionamos rápidamente y pusimos en marcha la política de contacto cero en las entregas. Implantamos un sistema mediante código QR para escanearlo y que el destinatario no tuviera que firmar en la PDA”.

Buenos profesionales, sí, pero también personas, los mensajeros estuvieron en primera línea de guerra y tuvieron miedo. “Nuestros trabajadores hacen una media de entre 50 y 80 entregas personales al día cada uno y el virus estaba y está ahí. La incertidumbre también vive en ellos y para nosotros son superhéroes, pero también tienen un límite”.

Futuro incierto

La inquietud permanece y ante esta situación “no sabes cómo te va a venir el día. Antes de la pandemia teníamos una previsiones que todas las semanas se cumplían. Era sota, caballo y rey, pero esta semana ha habido jornadas de 400 llegadas y otras de 900”, manifiesta Ramón.

Desde el último cierre, el pasado 22 de enero, “ha habido de nuevo una reactivación, pero no sabemos hasta cuándo va a durar esto. Nos encontramos en la misma situación que en año pasado, con una diferencia… hace unos meses la gente aún tenía dinero, ahora, con los ERTE, despidos, cierres… el escenario se antoja diferente.”

La conclusión que Ramón saca de todo este ‘caos’ es que “esta pandemia va a marcar un antes y un después en el ámbito comercial. La gente que ya estaba acostumbrada a comprar de manera online lo va a seguir haciendo y los nuevos usuarios han aprendido a hacerlo, han dejado el miedo atrás, han empezado a confiar y han descubierto una nueva vía”.

En este caso no solo el comprador, sino el vendedor han tenido que adaptarse para poder sobrevivir. “La venta por Internet ha venido para quedarse y, tras el continuo crecimiento que venía experimentado, la pandemia la ha consolidado”.

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