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Haro Deportivo: goce en Copa y sufrimiento en la nueva Segunda B

Foto: Haro Deportivo

El Haro Deportivo ha vivido un 2020 muy complicado. Quizá de más a menos en lo deportivo y con el coronavirus afectando de pleno al bloque jarrero. En lo deportivo, Aitor Calle continúa en el banquillo y el equipo trata de subsistir en Segunda División B. Pese a que la composición de la liga se ha modificado bastante, los objetivos siguen siendo, básicamente, los mismos. La localidad riojalteña quiere aguantar en la categoría de bronce, aunque las cosas no han sido nada fáciles en los últimos meses.

Al comenzar enero, los blanquinegros tenían 23 puntos y estaban situados en el centro de la tabla. La Copa del Rey fue la primera cita importante del año con el recibimiento a Osasuna en El Mazo. Casi 5.000 personas poblaron las gradas y los locales se lo pusieron muy complicado a los navarros. Mikel Bueno adelantó al Haro, pero el ‘Chimy’ Ávila le dio la vuelta al encuentro. Alegría en los cientos de seguidores desplazados desde Pamplona y satisfacción en la parroquia riojalteña. Una auténtica fiesta que la pandemia truncaría en pocas semanas…

Foto: Eduardo del Campo

Mientras tanto, el equipo respondía y era capaz de conseguir triunfos ilusionantes (2-3 frente al Bilbao Athletic en Lezama, 1-0 ante Unionistas de Salamanca y 2-0 contra el Guijuelo). Fruto de sus resultados, la entidad presidida por Jesús Otero escaló hasta la novena plaza, metido ya en puestos de Copa del Rey. El COVID-19 dejó tres jornadas más, saldadas con tres empates. En la jornada 28, el Haro era décimo y tenía 36 puntos. Ahí se cerró la competición.

El Haro no volvería a los terrenos de juego hasta el mes de octubre. Tras el confinamiento nacional y los duros meses de marzo, abril y mayo, el debate sobre el futuro del fútbol volvió al primer plano. Hubo muchas especulaciones sobre cómo se reanudaría (o no), la temporada. Finalmente, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) decidió dar la liga por concluida, disputando únicamente los playoff de ascenso y sin descensos a Tercera División.

Comenzaba así la gran remodelación del fútbol español, con la creación de una categoría intermedia (Primera RFEF), entre la Segunda División y la actual Segunda B. La última edición de la categoría de bronce contaría con 102 equipos repartidos en cinco grupos diferentes. A su vez, cada grupo se dividiría en dos subgrupos de 10 u 11 clubes. Todos ellos tendrían que disputar una primera fase entre ellos y posteriormente una segunda, en función de su rendimiento clasificatorio.

Foto: Haro Deportivo

Los tres primeros clasificados obtendrían una plaza de ‘Liga Pro’ y lucharían también por un ascenso a Segunda División. Los clasificados entre el cuarto y el sexto obtendrían la permanencia y podrían luchar por la ‘Liga Pro’ en una promoción. Finalmente, los cuatro últimos disputarían una fase de descenso a Tercera División.

Al Haro le tocó el Grupo II-Subgrupo B, junto a tres equipos aragoneses (Ebro, Tarazona y Ejea), cuatro navarros (Izarra, Osasuna B, Tudelano y Mutilvera) y otros dos riojanos (SD Logroñés y Calahorra). El club renovó a Aitor Calle y tuvo que afrontar un difícil mercado de fichajes. Hubo bajas bastante sensibles, como las de Loza, Javi Barrio, Ibrahima Dieng, Pirri o Txema Pan. En el capítulo de renovaciones, se produjeron las de Fermín Sobrón, Javi Duro, Kevin Calle, Josua Pérez, Joseba García, Mario Urrecho, Mikel Bueno e Isaac Manjón.

Foto: Haro Deportivo

Por último, incorporaciones más globales que nunca (el sueco Valtteri Vesiaho, el japonés Yuya Yoshimura), futbolistas con cuajo (Echaide, Morgado, Jon Iru, Iván Garrido, Eizmendi, Barcina, Borja García). Todo ello,  sin olvidar la juventud (Peciña, Gaizka Pérez, Martín Río, Adrián Butzke). Muchas caras nuevas que tendrían que enfrentarse a la competición sin tiempo de adaptación. Y aquello pasó factura durante las primeras siete jornadas.

El Haro Deportivo comenzó la liga con tres empates, cuatro derrotas y tan solo tres goles marcados. Los detalles, la falta de puntería en las áreas y la escasez anotadora perjudicaron a los de Aitor Calle, con todas las derrotas por la mínima . Pero todo cambió en los dos últimos encuentros de diciembre. El Izarra visitó El Mazo y salió goleado (4-0). Joseba, un doblete de Iván Garrido y Peciña fueron los encargados de devolver la sonrisa a una sufrida afición. Con mascarillas FFP2 y distancias, pero presente en las gradas.

Foto: Haro Deportivo

El broche final lo ha dado la Copa, frente a la Balompédica Linense ante su hinchada. El coronavirus atrasó una semana la disputa del encuentro, finalmente programado para el 23 de diciembre. Solo horas antes de Nochebuena. En un encuentro vibrante, los jarreros han logrado la clasificación in-extremis y jugarán frente al Rayo Vallecano el próximo 6 de enero. Un Segunda para el día de Reyes: no suena nada mal.

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