La Sierra de Cameros es todo un paraíso por descubrir. Desconocida todavía para muchos riojanos, busca nuevas formas de promoción. Una de ellas es el turismo rural minimalista: es decir, alejado de las grandes multitudes, nada masificado y con un escaparate forestal gigantesco. En un contexto difícil tras la crisis generada por el COVID-19, los aficionados a la bicicleta de montaña podrán disfrutar de nuevos senderos con los que dar rienda suelta a su pasión. Deporte, tradición, respeto al medio ambiente y, por qué no decirlo, un halo de esperanza en tiempos difíciles.
Alberto del Pozo es el coordinador de esta iniciativa: “El proyecto surgió hace dos años, se lo propuse a los Ayuntamientos de Camero Viejo. Les dije a ver si podíamos hacer algo para bici de montaña, rutas señalizadas o algo más, para atraer un poquito de turismo rural. Ya venía gente a andar en bici, pero queríamos hacerlo más oficial y atractivo. Aprovechando las ayudas del proyecto LEADER (fondos europeos para el medio rural). Cinco ayuntamientos dijeron que sí (Soto en Cameros, Terroba, San Román de Cameros, Laguna de Cameros y Cabezón de Cameros”.
Hace año y medio presentaron la solicitud y la ayuda llegó. En 2020 se ha ejecutado el proyecto. Con ayuda de Óscar Santolaya (ingeniero forestal en San Román) y Ecosil (una empresa forestal de Santo Domingo), se han procedido a realizar los trabajos: “Se hicieron desbroces, se colocaron señales, pusimos todo un poco en orden”. Tras finalizar las obras, el siguiente paso fue repartir folleto y repartirlos en los alojamientos de la comarca. La página web está abierta desde septiembre, aunque la pandemia ha complicado las cosas en las últimas semanas.
“Antes del confinamiento perimetral, ya vinieron riojanos y también gente del País Vasco, Navarra, Madrid o Cataluña. Luego se cerró la comunidad y ahora solo pueden venir riojanos”. Del Pozo regenta también una casa rural en San Román, así que es testigo de este trasiego: “Vemos clientes que vienen a andar en bici, ya nos conocen y también nos descubren. Comentan también su experiencia”. Un ‘feedback’ positivo para mejorar su experiencia, aunque la inauguración oficial tendrá que esperar hasta que el COVID-19 lo permita.
La propuesta, en detalle
Inmerso en cinco municipios y en el corazón de La Rioja, el proyecto está pensado para aficionados con algo más de experiencia. Las rutas se dividen en dificultad media y alta: “Nos hubiera gustado poner alguna más fácil, pero por aquí no tenemos ninguna Vía Verde ni nada parecido”. El recorrido comienza en la parte baja, con Soto en Cameros y Terroba: “Es un paisaje más abierto, con el Cañón del Leza de fondo. Hay cortados y barrancos”. Es frecuente observar buitres en esta parte del territorio regional.
En San Román, las sendas ganan altura: “Tenemos Santa María de Cameros (una de las rutas pasa por ahí) y ya empieza a haber más zonas de bosque y hayas. Por último, en la parte alta, las rutas buscan los picos más altos de la zona: “Subimos a Piedramujer en Cabezón (1.429 metros) y en Laguna se pasa por el Solar de Tejada y por varios bosques bonitos de hayas-robles, praderas y zonas verdes”. Cientos de kilómetros en los que perderse en una comarca con muy poca población: “Vas a sentirte circulando muy solo, no hay problemas de aglomeraciones ni en los bares ni en las rutas”.
Del Pozo explica los modelos a seguir para poner en marcha este proyecto: “Aínsa (Huesca), es la referencia en España, el que ha conseguido mayor fama y ha organizado campeonatos a nivel internacional. Pero nosotros nos fijamos más en otros proyectos menos conocidos, en sitios despoblados y alejados de un turismo masivo, como Enduroland (entre Teruel y Castellón) u otro más próximo, Tierras Altas de Soria (al otro lado de Enciso)”. Hay alternativas al sol y playa y esto es una muestra de ello. Y no hay que salir de La Rioja para disfrutarlas.
