El BM Logroño ha ganado al Frigoríficos Morrazo (30-25) en un encuentro donde los franjivinos han ido de más a menos para acabar imponiéndose sin sufrir. Una película que ya se ha visto muchas veces esta temporada: inicio con dudas, reacción para llegar al descanso en igualdad y tormenta en la segunda parte para abrir los encuentros. Los gallegos, muy voluntariosos pero todavía sin ganar en ASOBAL, no han podido resistir el empuje de los locales, que se colocan ya en la cuarta posición, igualados con el Valladolid y por detrás del Bidasoa y el intratable Barcelona.
Erik Balenciaga ha sido la figura del encuentro. Otra vez, el vasco ha hecho magia y ha sabido sacar las castañas del fuego cuando más lo necesitaba su equipo. Los visitantes han apretado de lo lindo en el primer tramo (6-10, minuto 17), pero la salida del de Zarautz ha enderezado las cosas. Ya no por sus goles de calidad (ha firmado siete), sino por la habilidad para dirigir el encuentro y dar criterio a los suyos, bien fuera dando oportunidades a los extremos (Edu Ortiz), generando espacios para Oswaldo o dando pausa a su equipo en momentos complicados.
Tras momentos de imprecisiones y errores que han costado goles a puerta vacía, un parcial de 4-0 ha puesto las tablas poco antes del descanso (10-10, minuto 23). A partir de ahí, igualdad en el electrónico hasta el descanso (13-13). David Iglesias tiraba del carro para los del Morrazo, cada vez menos acertados. El Ciudad de Logroño siempre tiene un comodín por si todo falla: la portería. Jorge Pérez venía de un nivel descomunal y ha mantenido la misma tónica. Es muy difícil ganar a los riojanos en el Palacio. Pueden sufrir, pero casi siempre salen con la suya.
Foto: BM Logroño/Juanjo Acobi
Tras pasar por vestuarios, los locales le han metido una marchita más. La suficiente para ir generando pequeñas ventajas (17-15) en pleno show de Balenciaga. Con Casado, Serradilla y Miguel Sánchez-Migallón como fijos en la línea de centrales, el nivel defensivo ha aumentado notablemente. Los pupilos de Miguel Ángel Velasco han recibido diez goles en los primeros dieciséis minutos, pero solo quince más en el resto del encuentro. El Cangas creía, ponía intensidad en defensa y arriesgaba. Demasiados siete metros y exclusiones concedidas (24-20, minuto 43).
La inercia ya era muy favorable al conjunto local, que ha vuelto a evitar el sufrimiento en el tramo final. 60 minutos son ‘molto longos’ en el Palacio. Eso pensarán los de Pontevedra, cuyo reseñable esfuerzo ha sido en vano. Oswaldo, Miguel Sánchez Migallón y Casado han destrozado sin piedad la portería de Javier Pérez (y luego de Gerald Fons). Al final, cinco de diferencia. Octavo triunfo ya de la temporada, por tres derrotas.
