Basta darse una vuelta por las carreteras que surcan La Rioja Baja para ver un ir y venir de tractores que ya anuncian vendimia. La comunidad comienza esa transformación que le da vida con el fin del verano y la llegada del otoño. Vista al cielo, controles a las viñas y uvas a bodega. A cruzar los dedos y a trabajar. Cosecha en tiempos de pandemia.
El primer fin de semana de septiembre llega con cerca de 4,5 millones de kilos de uva ya ‘descansando’ en bodega. Las tintas todavía aguardan su momento (Rioja Oriental ha registrado un pequeño retraso respecto al año pasado) y, por el momento, las blancas mandan. Cuatro millones de kilos frente a un testimonial medio millón, todos ellos de viñedos de La Rioja Baja.
Pese a que la vendimia sólo ha arrancado en Rioja Oriental, ya hay varias bodegas de las otras dos zonas que han recepcionado uva procedente de las viñas más al este de la región. En Rioja Alta ya han recibido 592.000 kilos y en Rioja Alavesa algo más de 351.000. Todo en marcha a la espera del momento óptimo para sacar el corquete de forma generalizada.
“Se observa una situación general en Rioja de adelanto tomando como referencia un año tipo”, han explicado desde el Consejo Regulador en su segundo control de maduración, publicado a mediados de esta semana. “Este año tenemos una maduración no tan acelerada, retrasada con respecto al año pasado”, detallaba el director técnico del Consejo Regulador, Pablo Franco, quien sí apunta que “a nivel global tenemos una cosecha superior a la pasada campaña” y, cualitativamente, “los datos que estamos observando están siendo buenos”.
El COVID-19, una nueva preocupación
Apenas hay otro tema de conversación en cualquier comida o cena. COVID-19. Coronavirus. Pandemia. Contagios. Positivos. Casos. Palabras que se han unido a nuestro día a día y que sólo serán un recuerdo cuando haya una vacuna a nivel mundial. Mientras tanto toca vivir con ello.
Lo ocurrido en Aragón con los temporeros y la rápida propagación del virus alertó a La Rioja. “Esto no puede pasar aquí”. Y hasta el momento, los protocolos establecidos por todos los estamentos implicados en la vendimia están funcionando. Sólo dos trabajadores han dado positivo en los test PCR y fueron aislados, por lo que el campo sigue libre de casos. Con la generalización de la cosecha aumentarán los riesgos.
