El Rioja

La gestión del dato, una estrategia común para cualquier tipo de bodega

Fue una de las carencias más notorias durante el estado de alarma que confinó durante más de un mes a la sociedad. La digitalización empresarial ha entrado por la puerta grande pero, en la mayoría de casos, a la fuerza, por lo que es necesario un proceso de reflexión para conocer las opciones que mejor se adaptan a cada situación. Aquí entra en juego JIG, la empresa logroñesa que ofrece asesoramiento y servicios avanzados en las TIC.

“A Internet nunca se llega tarde, pero sí se puede llegar mal. Por ello hay que partir de una visión estratégica de negocio a medio o largo plazo”, destaca el director de JIG, Ignacio Gurría. La empresa anima así a los diferentes sectores industriales a implantar nuevos proyectos tecnológicos que generen valor porque “la necesidad es evidente, pero también la posibilidad de hacerlo gracias a las subvenciones del 40 por ciento de la ADER “.

Entre los servicios que ofertan se encuentra la consultoría en negocios digitales, diseño y desarrollo web, proyectos Ecommerce o plataformas de datos, todo ello basado en dos ejes fundamentales a tener en cuenta: un diseño usable y la experiencia del usuario. “Hay que valorar el tipo de dispositivo y a partir de ahí gestionar los servicios porque no es lo mismo comprar a través de un dispositivo móvil que mediante un ordenador, por lo que la disposición de la web tampoco ha de ser igual”.

Un abanico de posibilidades que el sector del vino puede aplicar, sobre todo, centrándose en el enoturismo: “Las bodegas están en una fase de querer vender vino ‘online’ y es justo ahora cuando deben centrarse en el proceso de digitalización, aunque cada una en una dimensión diferente. Lo que sí es común es la gestión del dato para crear una base con la información de los clientes, una estrategia clave para aplicar políticas dirigidas a los visitantes”.

Gurría recalca su apuesta total por este ámbito donde cuentan con una amplia especialización en campo, con la digitalización del desarrollo de la uva; en bodega, con la monitorización del proceso de elaboración del vino; y en enoturismo, con la gestión de las reservas y de venta a través de una plataforma.

Los sectores agroalimentario y del calzado componen, junto con las bodegas, el tejido industrial donde el equipo trabaja, desde la fase de consultoría y análisis, pasando por la de ejecución, implantación del proyecto y, finalmente, entrega. “Es importante que una misma empresa gestione cada una de las fases para que la ejecución sea la correcta”, insiste Gurría, recordando la garantía de éxito que supone invertir en tecnología.

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