Ningún otro sector recibió tanto castigo como las residencias de personas mayores en la primera oleada del coronavirus en La Rioja. Los contagios entre sus usuarios se aproximaron al millar de personas y 211 de ellos perdieron la vida como consecuencia del COVID-19 (el 57,6 por ciento sobre el total de víctimas mortales en la región.
Desde el pasado 3 de julio los 32 centros sociosanitarios con pernoctación de La Rioja permanecen libre de virus y este mismo viernes la consejera de Servicios Sociales, Ana Santos, ha confirmado que el número de contagios en las residencias se mantiene a cero hasta la fecha. Y no solo por el descenso experimentado por la curva epidemiológica hasta el repunte actual. Su Consejería, primero, y el mando único, después, alzaron un ‘escudo’ muy similar al que ahora ha decretado el Ministerio de Sanidad en el resto del país.
El Gobierno riojano tuvo que actuar de urgencia para contener la oleada de casos, estableciendo un blindaje de estos centros desde el pasado 11 de marzo. Desde entonces y hasta el 28 de mayo, Servicios Sociales vetó las visitas a los residentes y las salidas de los mismos, a excepción de los traslados hospitalarios. Y ahora que el Ministerio ha endurecido el régimen de visitas en las residencias, La Rioja puede presumir de estar preparada, pues las medidas adoptadas entonces marcaron el camino de las que este viernes ha aprobado el Consejo Interterritorial. “Los protocolos de visitas y salidas que adoptamos hace ya tiempo, posiblemente más restrictivos que en otras comunidades, pretenden proteger a las personas mayores”, subraya Ana Santos al respecto.
Porque si en todo el Estado las visitas se limitan a un familiar por usuario durante un máximo de una hora diaria, La Rioja las limitó a media hora por familiar desde finales de mayo, a fin de evitar aglomeraciones de familiares en los centros. La consejera de Servicios Sociales también ha apelado a la responsabilidad ciudadana: “Controlémonos en la calle para que el virus no entre en ninguna residencia”.
