La crisis de la COVID-19 está dejando una fotografía representativa: verjas echadas, pequeños locales y tiendas que, tras el confinamiento, no volverán a abrir. Ante esta situación, Irene Ochoa ha lanzado el cuento ‘¿Dónde está mi columpio?’ en el que explica los beneficios de apoyar la economía local. Sin grandilocuencias ni tecnicismos, Ochoa intenta concienciar a pequeños y mayores.
Si bien esta crisis está siendo un abrir de ojos para la sociedad en cuanto al apoyo a los negocios de barrio, la idea de realizar este cuento se gestó en la cabeza de su autora mucho antes. “Yo intentaba convencer a la gente de que estábamos mandando el dinero fuera y que era muy difícil que volviera, mientras que si se quedaba cerca era más fácil, lo explicaba y explicaba hasta que pensé que si lograba que lo entendiera mi hija, lo harían también los adultos”, reflexiona. “¡Hasta mi marido compraba por internet! Yo misma lo tenía en mi propia casa”, dice consciente de lo interiorizado que se tiene el comprar en multinacionales a través de la red. “El cuento lo hice para adultos, pero de tal manera que lo entendiese hasta un niño de cuatro años”.
De hecho, las propias ilustraciones han sido obra de Carlota, su hija de cuatro años, quien cede además su nombre a la protagonista de la historia. “Escribí el cuento en una noche. Antes dibujaba muy bien, aunque lo dejé hace tiempo. Pensé que unos dibujos no me iban a parar y le pedí a mi hija que se dibujara a ella o esto otro, lo hizo y se lo copié tal cual”, cuenta orgullosa, mientras sonríe a la niña.
Libro ¿Dónde está mi cuento?
“Yo siempre hablo de negocios y no de comercio local”, puntualiza la autora. “Porque pienso que todos somos una rueda. Estamos dentro de la misma cadena. En un comercio local no cabe duda de que está generando empleo, de que se pagan impuestos de sociedades y de trabajadores, pero no solo hablo de estos porque también existe la asesoría de estos trabajadores que también se beneficia o el abogado, o los colegios, ya que si no hay familias no abren”, explica. “Todo está ligado. Todas las personas que están trabajando en sitios públicos dependen de que se paguen una serie de impuestos. Si no somos conscientes, si esto lo perdemos, no va a haber trabajo, ni carril bici, ni carreteras cuidadas, ni parques, ni, en este caso, un columpio, que es lo que le preocupa a la protagonista”.
Han sido muchos los negocios que se han hecho eco de la historia de Carlota y su columpio, tanto en Logroño como en Alfaro, Arnedo, Calahorra, Haro, Nájera y Santo Domingo. Así, cada uno de los establecimientos ha colocado en forma de cartel una escena del cuento, creando un recorrido.
Esta necesidad de concienciación, cuenta Ochoa que es especialmente importante en una comunidad como La Rioja, que se ve amenazada por la despoblación. “Si yo no tengo negocios en mi entorno en los que pueda trabajar, yo me voy a ir con mi familia a vivir a otro lado. ¿Y cómo acaba esto? En una España vacía”.
Cartel del cuento ‘¿Dónde está mi columpio?’ en la librería Hijazo. / Foto: Nuria Pajares
La original iniciativa ha llegado hasta Cataluña. Varios centros educativos y entidades como la FER (Federación de Empresas de La Rioja) han pedido a Ochoa que realice talleres prácticos sobre economía local y circular. “Presentamos el taller a Educación. Justo antes de que se cerraran los colegios mandaron un email con la idea de poder realizarlos allí. Yo no tenía ningún problema y solo pedí que me dieran un poco de tiempo porque no me dedico a esto, pero accedí: pienso que si mi entorno tiene riqueza, algo me tocará a mí”. Con la llegada de la pandemia, la iniciativa se reinventó en forma de carteles.
“Leo el cuento a todo el mundo. Lo llevo en la mochila para todo aquel que me quiera escuchar”, reconoce. “Como dice una prima mía: si tu tasa de conversión está por encima del uno, te extiendes. Si consigo convencer a dos personas, pues dos dejarán su dinero cerquita”.
