La Rioja

Las atenciones de Proyecto Hombre por ludopatía se duplican en un año

Proyecto Hombre La Rioja ha advertido del incremento en importancia que, año tras año, generan los problemas de adicción sin sustancia: videojuegos, poker online o apuestas. “Llevamos tiempo mostrando nuestra preocupación por la proliferación de salas super atractivas para captar la atención de los jóvenes, de la publicidad desmesurada del juego”, ha explicado David García, director de la organización. García afirma que se ha duplicado el porcentaje de atención de estos casos, ocupando dentro de la institución el 11,5 por ciento del total de atenciones en programas dirigidos a adultos. Una adicción que el confinamiento ha sacado aun más a relucir ante la dificultad de muchos jóvenes para abandonar su pantalla y salir de casa.

Este viernes, 26 de junio, Día Internacional contra el Tráfico Ilícito y Abuso de Drogas, Proyecto Hombre La Rioja ha presentado su memoria en 2019. En ella, además de intentar dar una nueva perspectiva con la figuración de “nuevas adicciones sin sustancia y la problemática con el alcohol”, especifican que atendieron a un total de 414 usuarios y 530 familias. “En total han pasado por nuestros recursos en 2019 un total de 1.418 personas”, ha especificado el director.

“Tenemos como distintivo el compromiso y la confianza en la persona, tratamos de ponerla en el centro”, ha reivindicado García. En su compromiso de ayuda, Proyecto Hombre La Rioja ha puesto en marcha alrededor de veinte programas para intentar dar una atención individualizada y adaptada a las características de las personas que acuden.

David García y Fernando Beltrán presentan la memoria de 2019 de Proyecto Hombre. / Foto: Proyecto Hombre

En relación a este asunto, García ha diferenciado entre dos tipos de perfiles que acuden a sus servicios y que sirven para comprender la realidad actual de las adicciones. Por un lado, un varón adulto de entre 31 y 40 años con adicción al alcohol y a sustancias estimulantes como la cocaína y las anfetaminas. Se trata de un perfil normalizado, como ha explicado el profesional, con estabilidad social, familiar y laboral.

Por otro, un varón de diecisiete años consumidor de THC (cannabis). La alarma radica en el caso del primero a una adicción a una sustancia legalizada y, en el segundo, aunque ilegal, normalizada socialmente. Aquí, el director de la institución ha destacado la importancia de sus programas ambulatorios, donde se atendieron 184 personas. “Son programas que se adaptan a las necesidades de las personas, a sus horarios, a sus jornadas laborales y a la problemática por la que vienen: programas específicos de alcohol, de patología dual, para mujeres…”

Además, el programa residencial, ha atendido a lo largo de 2019 a 62 personas. “Este programa está muy vinculado con el de reinserción, en el que se les acompaña durante un proceso importante como la vuelta a su vida: búsqueda de empleo y de alternativas de ocio, de relaciones familiares y sociales”.

A su vez, García ha destacado los programa para jóvenes Reconecta, en el que atendieron a 63 jóvenes de entre 14 y 21 años y a sus familias, y en el centro penitenciario, donde se ha llegado a ayudar a 80 personas.

“Quería resaltar, también, el programa de fin de semana para personas sin techo. Hemos atendido a 22 personas y, desde 2019, ha habido tres personas que han podido superar su adicción, dos de ellas han conseguido un empleo estable y han rehecho sus relaciones sociales y, en algunos casos, incluso familiares”, ha explicado. “Creo que es importante señalar que algunas de las personas que lo han perdido todo y han vivido en la calle han tenido la oportunidad de desarrollar un programa y realizarlo con éxito”.

Trato durante el confinamiento

El director ha señalado que el mayor reto en estos tiempos ha sido seguir haciendo una atención personalizada y el compromiso con el usuario, a pesar del distanciamiento social. “El hacer una entrevista con una persona con mascarilla hace que muchas veces no sepas qué emociones esta viviendo o en qué está pensando”.

“Desde el principio nos adaptamos, intentamos separar a los usuarios e incluso tuvimos que mandar a algunos a sus casas”, explica García. “En el centro residencial hubo un esfuerzo enorme por mantener la mayoría de los programas: hemos hecho una atención por llamada, videoconferencia, cartas…”. De esta manera han atendido a más de 100 personas.

El coronavirus y la situación de confinamiento, como ha explicado este profesional, ha ayudado a las familias a darse cuenta de que uno de sus miembros tenía un problema de adicción. Así, durante los últimos meses “ha habido un incremento importante de padres y madres que han venido a pedir ayuda porque a sus hijos, al poder volver a salir a la calle, les ha costado dejar las pantallas o los videojuegos”.

30 años de ayuda

Este 2020, Proyecto Hombre La Rioja ha cumplido treinta años en su propósito de ayuda a las personas con adicciones. Un origen en los años ochenta con una juventud destrozada por la heroína. “Nacía con el objetivo urgente de ofrecer esperanza comprometida y real a aquella generación diezmada”, recuerda Fernando Beltrán, presidente de Proyecto Hombre La Rioja. “Afectaba a las personas con adicción, a sus familias, pero también a todo su entorno social”.

“Hoy vivimos otro momento histórico. Van evolucionando las adicciones y es claro que la pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de tener que volver a atender adicciones que se reinventan y también nuevas”, ha reflexionado Beltrán. “Podemos y debemos poner en valor nuestro modelo, nuestras raíces y nuestra profesionalidad para ofrecer nuestro saber y recursos en una sociedad herida”. Así, el presidente ha querido recordar a Matías Salazar, sacerdote precursor del proyecto fallecido a comienzos de año.

En 2019, la entidad registró unas pérdidas de 1.530 euros. Este año, la situación parece aún más complicada, dado que la pandemia ha obligado a cancelar actos con los que Proyecto Hombre La Rioja recaudaba dinero, como su colecta anual con la que el pasado año lograron conseguir 17.449 euros. “Continuamos con esa misma esperanza de los comienzos de 1990”, asegura Beltrán. “Confiamos en que la sociedad seguirá apoyando nuestro trabajo, convencida de que es más necesario que nunca: Nuevas soluciones ante nuevos retos”.

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