La Rioja

Año nuevo, vida nueva: Sanidad financia los fármacos para dejar de fumar

Año nuevo, vida nueva. O eso es lo que piensan muchos justo antes de tomarse las uvas a las 23.57 horas del 31 de diciembre. Por nuestra cabeza una lista infinita de metas o propuestas que “sí o sí, este año vamos a cumplir”.

Y entre los objetivos más comunes: dejar de fumar. Abandonar este hábito no es fácil, requiere una dosis extra de autocontrol, fuerza de voluntad y, sobre todo, motivación.

Todos los fumadores saben que el tabaco es el responsable de muchos de los cánceres, además de enfermedades respiratorias y cardiovasculares; acorta en diez años la esperanza de vida; acelera el envejecimiento de la piel y supone un gasta importante en la economía de todos los que fuman, entre otras cuestiones.

Estos conceptos son más que conocidos, pero aún así, se hace muy “cuesta arriba”. Quizá, este 2020 sea el año. A partir del 1 de enero el Sistema Nacional de Salud financia la vareniclina, más conocido como ‘Champix’, el fármaco más ‘famoso’ para ayudar a dejar de fumar. Y con ella, el bupropion o Zyntabac, otro medicamento de semejantes características.

La finalidad de esta iniciativa es lograr que estos medicamentos, hasta ahora solo financiados en Navarra, se conviertan en una herramienta de apoyo en los programas que se conforman para lograr “quitarse el vicio de la nicotina”.

Tratamiento con Champix

El más conocido y aconsejado. El compuesto principal de este medicamento es la vareniclina, un fármaco que, según el farmacéutico Santiago Martínez “estimula los circuitos neuronales de la recompensa. El medicamento se adhiere a los mismos receptores a los que se agrega la nicotina con una particularidad, y es que lo hace con una eficacia muy alta quedándose adherido durante más tiempo, bloqueando así el placer de fumar”.

El tratamiento tiene una duración de tres meses. Tras las primeras cuatro semana, es necesario que un médico especializado en deshabituación tabáquica lleve a cabo una revisión para “admitir el visado de la segunda caja y así proseguir con la terapia”. Solo se financiará un intento anual por paciente.

Además, durante el tratamiento con Champix, es obligatorio realizar una terapia en la que se justifique que la persona quiere dejar de fumar. “La dependencia física se trata con el medicamento pero es fundamental trabajar la dependencia psicológica”.

Los requisitos para que el Champix sea financiado son: fumar diez cigarrillos diarios como mínimo, constatar motivación expresa de dejar de fumar a través de un intento fallido en el último año y alcanzar un resultado igual o mayor a siete en el test de dependencia Fageström.

Santiago Martínez cuenta que no se conocen interacciones con otros medicamentos y que, hablando de efectos secundarios, “podría darse alguna alteración del sueño o molestias digestivas, ambas solucionadas con un cambio de hora en la toma de los comprimidos de Champix”.

Precio

Este medicamento no está financiado al cien por cien, “sino según tu código de aportación, siendo el más habitual el cuarenta por ciento, pero hay otras personas que cuentan con un cincuenta y hasta un sesenta por ciento”.

El tratamiento de la terapia inicial- cuatro semanas- es de 125 euros. “Este paquete inicial lleva dos tipos de medicamento con distintas concentraciones que se tomarán según indique el especialista”.

Tras esta primera etapa, una segunda y una tercera de cuatro semanas cada una, donde el Champix costará 130 euros en cada fase. “Si a estos precios le aplicas el código del cuarenta por ciento, el tratamiento completo, es decir, los tres meses, vendría a costar 142 euros”.

Además, Martínez destaca que “la prescripción se restringe a los médicos que se definan en el programa de deshabituación tabáquica en cada comunidad autónoma, Ingesa o Mutualidad, por lo que el tratamiento no va a ser prescribible por cualquier médico de familia.

En definitiva, Champix es una “muy buena y recomendada opción” que puede ayudar a que este ‘gran propósito’ se haga realidad durante 2020.

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